Fernando Narciso Sánchez (Cáceres, 2 de diciembre de 1991) vuelve a ser Fernando, o ‘Fernan’, como le llaman en el Cáceres Uex de fútbol sala. Hace tres años, este periódico contaba en un extenso reportaje, cuando militaba en las filas del entonces Uex Malpartida, que lo lideraba con 41 goles, 13 más que el segundo máximo realizador. Era ya la segunda vuelta de la Segunda División B y en el horizonte planeaban las dudas de futuro de quien acababa de terminar Ciencias del Deporte y que ya se planteaba marcharse a Madrid con un amigo a ejecutar un proyecto profesional que le rondaba la cabeza.

Nada de eso. Cambio de planes. No se fue finalmente a la capital de España porque hizo un nada placentero viaje a la élite, una aventura que no le salió bien. Justamente lo contrario. Su impresionante temporada había llamado la atención del Antequera, de la División de Honor. Al club malagueño se marchó y ahí empezó su particular calvario, al romperse el cruzado en el inicio.

«Lo único bueno de aquello es que hice un máster». En lo futbolístico, desastre absoluto. Después de la nebulosa personal y deportiva de esa campaña y de la siguiente en Puertollano («no me recuperé bien y empecé a tener problemas de todo tipo, también personales», cuenta) regresó a su casa, con su familia, en Malpartida de Cáceres.

La pasada temporada la acabó en el Cáceres Uex, «salvándonos de milagro del descenso», dice él mismo. En ésta, el equipo es segundo. Menuda diferencia. «No, no es por mí, no. Es por todos los jugadores», dice cuando se le plantea qué porcentaje de ‘culpa’ tiene él en ese éxito.

Fernan, 15 goles, con casi dos de media sin lanzar ni penaltis ni dobles penaltis, que los ejecuta su compañero Javi, vuelve a tomar el mando ejecutor. La zurda más letal, más potente y efectiva de las últimas décadas del fútbol sala regional ha vuelto para quedarse.

FELICIDAD / No tiene aún 27 años y lo anímico lo ha recuperado a plenitud. «Ahora estoy feliz», resume a modo de declaración de estado vivencial y deportivo. Han desaparecido los miedos, las lesiones, las tristezas… para retornar el talento, ese que líderó a fuerza de golazos a la selección extremeña en los nacionales universitarios a las más altas cotas, firmando actuaciones siempre descollantes. «Ahora he vuelto a creer en mí, vuelvo a ser yo y que puedo hacer las cosas bien». Rotundo en su actitud, taxativo en su reflexión positivista igual a rendimiento óptimo.

En su nuevo status y después de olvidarse del infierno existencial, es un hombre nuevo, un tipo al que le sonríe todo. Y todo ello lo ha logrado gracias «a mi familia, amigos y Antonio». También, aunque él no se jacte de ello, merced a su propio esfuerzo, mental y físico.

Antonio Salguero, el entrenador del Cáceres Uex, le ha aconsejado y mimado para su sensacional ‘nueva’ puesta en escena como artillero. Y él, que vive ahora en Cáceres en su cambio de rumbo a todos los niveles («cuando te vas de casa es más difícil volver», recuerda) se centra en su trabajo profesional de dinamizador deportivo de la Junta en las localidades de Mata de Alcántara, Piedras Albas y Villa del Rey para compaginar vida profesional, personal y deportiva de la mejor manera.

«Si estoy en Segunda División B es que soy de Segunda B», asegura el futbolista cuando se le plantea si está jugando en una categoría acorde a su calidad como deportista, otrora del máximo nivel, que ahora parece demostrar de nuevo. «Ninguno cobramos un euro; estamos aquí porque nos gusta», subraya Fernan minutos después de recibir tratamiento fisioterapéutico un día cualquiera de esta semana.

Fernan ha vuelto. Fernan, el ala vuelve a volar. El fútbol sala extremeño brilla más con él.