La FIFA suspendió ayer al fútbol peruano de las competiciones internacionales debido a la controversia entre un dirigente deportivo y el Gobierno del país andino, lo que llevó a equipos de Brasil a reclamar para sí dos de las plazas que Perú dejaría vacantes en la próxima edición de la Copa Libertadores.

El organismo rector del balompié mundial anunció que la Federación Peruana de Fútbol (FPF) quedó al margen de los torneos oficiales y determinó que analizará los días 19 y 20 de diciembre, en Tokio, si decreta una sanción definitiva, de persistir el conflicto en la nación sudamericana.

La controversia se debe a que el Gobierno del presidente peruano Alan García, no reconoce la legitimidad del titular de la FPF, Manuel Burga, con el argumento de que el dirigente fue sancionado por cinco años en 2006 por no haber adecuado los estatutos de la Federación a la Ley nacional del Deporte.

A pesar de la sanción, Burga volvió a ser elegido en el cargo en octubre de 2007, lo que agravó el enfrentamiento con el estatal Instituto Peruano del Deporte (IPD), cuyo presidente, Arturo Woodman, lamentó el lunes la sanción impuesta por la FIFA, pero anticipó que no intervendrá para buscar una solución al problema.

Burga pidió la intervención de García para resolver el asunto, que calificó de "trago amargo", y ofreció "disculpas al pueblo peruano".