Garbiñe Muguruza y Rafael Nadal llegaron a Pekín como números uno. Por primera vez dos tenistas españoles coincidían en un mismo torneo en la cima del ránking femenino y masculino aunque la alegría ha durado poco porque la tenista hispanovenezolana ha cedido su corona temporalmente a la rumana Simona Halep que, tras alcanzar la final ayer, se aseguró ser la nueva número 1 mundial y la 25ª de la historia desde que la estrenara la estadounidense Chris Evert en 1975.

Si Muguruza se ha marchado de Pekín con la decepción de saber que no podría defender su puesto al retirarse enfrema en la primera ronda cuando perdía con la checa Barbora Strykova (6-1, 2-0) , por contra Nadal se irá de la capital china con una mayor ventaja de puntos en su pulso por el número 1 con Roger Federer y la posibilidad de apuntarse hoy (13.30, Movistar) un nuevo título en su palmarés, el segundo en Pekín, donde ganó en el 2005 y ha sido finalista en el 2015 y 2013, las dos ocasiones ante Novak Djokovic.

Nadal se impuso en las semifinales al búlgaro Grigor Dimitrov por 6-3, 4-6 y 6-1, en un partido que dominó de salida pero en el que tuvo que apretar los dientes para que no se le escapara por la reacción de Dimitrov que le forzó al tercer set, aunque luego se vino abajo para encajar la novena derrota contra el mallorquín que el año pasado en Pekín cayó contra el tenista búlgaro en cuartos de final.

FELIZ AL MÁXIMO / «Estoy muy feliz de volver a jugar la final en Pekín. Para mí es un éxito seguir con las sensaciones positivas después de mi victoria en el US Open», valoró Nadal, que hoy se enfrentará al australiano Nick Kyrgios que eliminó en la otra semifinal al alemán Alexander Zverev (6-3, 7-5).

Si Nadal ya era feliz por lo conseguido, más lo estaba Halep por ganarse el número 1 mundial después de haber fallado varias veces esta temporada. La rumana lo consiguió, además, al ganar a la letona Jelena Ostapenko (6-2, 6-4), la misma rival que hace unos meses, en Roland Garros, se lo había impedido al arrebatarle el título en París. Halep, de 26 años, se convierte en el segundo tenista rumano que alcanza el número 1 después de Ilie Nastase lo lograra en 1972.