Es posible, seguro, que también eso lo aprendiera en el master acelerado que hizo cuando tuvo de compañero de equipo a Valentino Rossi, al otro lado del muro de Yamaha. Jorge Lorenzo, que hoy intentará discutirle la victoria a Casey Stoner en el Gran Premio de Italia, que se disputa en Mugello (11.00 horas TVE), se ha convertido en un campeón que no solo intenta liderar MotoGP, cosa que logra en más de una ocasión, sino que, tras varias semanas de ausencia, se ha convertido en un personaje fundamental en las reuniones de los viernes para temas de seguridad y, desde hace ya más de un mes, en el lider que ha aglutinado a toda la parrilla de la categoría reina (su amigo Ricky Cardús intenta ahora que a la protesta se sumen también los pilotos de Moto2) para evitar que el Mundial se desplace, definitivamente, a Motegi para disputar el GP de Japón, aplazado tras el desastre de la central nuclear de Fukushima.

BOICOT Puede que hoy mismo Dorna, organizadora del Mundial, y la FIM anuncien que se corre en Japón. Los pilotos, movidos por Lorenzo prefieren no viajar por temor a contaminarse. El mallorquín confirmó ayer que fue su abogado quien preparó la carta de protesta que firmaron todos los pilotos "menos uno", evidentemente el japonés Horishi Aoyama. "Yo creo que nadie del paddock quiere ir, pero no se atreven a decirlo", añadió Lorenzo, sabedor de que tanto él como su manager, Marcos Hirsch, están en el punto de mira de la organización como ideólogos del plante.

Ni el Doctor , ni Stoner y, en su inicio, ni siquiera el ahora reivindicativo Dani Pedrosa, se atrevieron a plantar cara a Marco Simoncelli, como tampoco a liderar la negativa a viajar a Japón. "¿Quién me dice, quién me asegura, que ni yo, ni mi descendencia, vamos a padecer los efectos de ese viaje?", suele preguntarse Lorenzo, que, por lo visto ultimamente en la pista, no parece haber perdido ni un ápice de concentración para tratar de que Stoner, con mejor moto, no se escape y seguir discutiéndole el centro mundial que, de momento, es del mallorquín.

MARQUEZ, PRODIGIOSO A la sombra de todos estos líos, Marc Márquez realizó ayer otra de sus grandes exhibiciones, relegando a más de medio segundo (a 0.585 segundos, exactamente) a sus perseguidores, logrando su segunda pole del año tras la de Silverstone. Sabe que el liderato de Moto2, en poder de un imponente Stefan Bradl, está lejos, pero no piensa aflojar.