"Tocado, fastidiado", Angel Marcos, entrenador del Cacereño, no ocultaba ayer su estado de ánimo tras la derrota ante la Cultural Leonesa, la cuarta seguida en casa. Desde la grada, principalmente de la zona de preferencia, volvieron a escucharse los grito que pedían su dimisión, pero el técnico lo tiene claro: "Si esto tiene que sacarlo alguien adelante, debe ser la gente de Cáceres. Está claro que me afecta, es durísimo, pero ni sé ni puedo trabajar más". El preparador empleó la expresión en dos ocasiones, asegurando que a sus jugadores les pasa lo mismo. "Han competido bien, están jugando al límite de sus fuerzas y no se les puede pedir más".

Pero ante la adversidad, el técnico prefiere el pensamiento positivo: "No desfallezco, ni se gana toda la vida ni se pierde siempre, estamos un día más cerca de volver a ganar". No olvida la realidad y sabe que "salir de abajo va a estar caro", pero cree que con su plantilla, con jugadores experimentados, el objetivo se puede conseguir. "Tenemos un elevado número de jugadores para los que no es nueva esta situación, estar abajo no debería pasarles factura".