El Villanovense tiene esta tarde en Algeciras (18.00) una gran oportunidad para dar un salto de gigante hacia la salvación, pero a la vez se enfrenta a uno de sus rivales más directos que le podría mandar a la zona de promoción. El partido en el Nuevo Mirador será una auténtica final para ambos equipos. Se espera que el campo se llene.

Pero el choque no sólo tiene tintes dramáticos en lo deportivo, también en aspectos más sentimentales. Manolo Sanlúcar se juega parte de sus opciones contra el equipo que ascendió a la categoría de bronce no hace mucho y en un campo donde tiene bastante amigos. En el otro club está Joselu, canterano del Villanovense (y ex del Miajadas también) que puede poner en problemas al club en donde se formó como futbolista.

Sanlúcar no quiere dar importancia a lo extradeportivo y centrarse en lo que ocurra dentro del terreno de juego. En este sentido no quiere volver a repetir la imagen de la segunda parte en Cartagena o la primera ante el Granada. Durante esta semana ha demandado a su equipo tener la iniciativa con el balón.

El técnico de Bornos tendrá el problema de las bajas: Juanjo no estará por su lesión muscular. La duda estará en el medio campo con la posible baja de Pajuelo, que sigue también con problemas musculares, y la incógnita de Curro, por fisura en un dedo.

Es posible que repita centro del campo con Curro, Elías y Javi Sánchez. Juanfran se perfila como delantero titular. En las bandas podrían repetir Moraga y Mustafá, pero no sería de extrañar que entrase Anxo.

La prueba de que para los andaluces es un partido aún más importante es el lema del cartel: 'La última bala'. Su directiva ha establecido precios populares, con entradas a uno, dos y tres euros, quieren llenar el Nuevo Mirador y parecen que lo van a conseguir. Pero los verdes también tendrán apoyo de un buen grupo de aficionados serones.