Gran Bretaña puso fin a 77 años de sequía en el torneo masculino de Wimbledon. La última victoria databa del año 1936, con el mítico Fred Perry. Este domingo, Andy Murray, un escocés de 26, años se ha instalado definitivamente en el olimpo de los héroes del tenis al ganar la final en Londres ante su coetáneo, el serbio Novak Djokovic, en tres sets directos: 6-4, 7-5 y 6-4.

Wimbledon vivió ayer un día histórico, en una jornada calurosa (30 grados centígrados en el All England Tennis Club) y con el público (15.000 espectadores en la pista central, y mucho más en las explanadas colindantes con pantallas gigantes) volcado en Murray, un tardío pero digno heredero de Fred Perry. Murray, que ya había ganado en Wimbledon el año pasado (pero en los Juegos Olímpicos, no en el centenario torneo del Grand Slam), ha dominado después de tres horas y 10 minutos de vibrante final ante el número uno mundial, que se ha quedado a las puertas de su segundo título sobre la hierba londinense (fue campeón en el 2011) y su séptimo título en un Grand Slam.

Murray, en cambio, ha logrado su segundo grande (el año pasado ganó el Abierto de EEUU, precisamente ante 'Nole' Djokovic) y, lo que es más importante, su primer título en 'La Catedral', en esa central que este domingo ha vibrado como hacía muchos años que no hacía.

La final, muy igualada, se ha decantado en todas y cada una de las mangas a favor del actual número dos del mundo. En el primer set, una rotura en el séptimo juego le ha bastado a Murray para adelantarse. En el segundo, en cambio, Djokovic se ha adelantado por 4-1, pero Murray ha sido capaz de igualar primero, y adelantarse, después, hasta dominar por 7-5. Y en el tercero, tras numerosas roturas de servicio (tres a favor del escocés y dos para el serbio), el desenlace ha estado acorde con la emoción del encuentro. Con 5-4, saque de Murray y 40-0, el escocés ha dispuestos de tres pelota de partido que Djokovic ha defendido como el supercampeón que es. Después, el serbio ha dispuesto de tres bolas de rotura para igualar a 5 juegos, pero no los ha podido materializar, cosa que sí ha hecho Murray en la cuarta pelota de partido que ha tenido. Murray, que había jugado las últimas cinco semifinales del torneo y las dos últimas final (el año pasado perdió con Federer), ha entrado este domingo definitivamente en la historia.