Osasuna: Ricardo; Javier Flaño, Josetxo, Miguel Flaño, Corrales; Valdo, Puñal, Nekounan, Raúl García (David López, m.46), Delporte (Héctor Font, m.58); y Webó (Milosevic, m.46).

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Helguera, Roberto Carlos; Emerson, Diarra; Raúl, Guti (Beckham, m.83), Robinho (Reyes, m.64); y Van Nistelrooy.

Goles: 0-1, m.11: Van Nistelrooy. 0-2, m.26: Van Nistelrooy. 0-3, m.44: Van Nistelrooy. 1-3, m.63: Valdo. 1-4, m.83: Van Nistelrooy.

Arbitro: Teixeira Vitienes (Colegio Cántabro). Amonestó a los locales Corrales, Delporte, Javier Flaño, Miguel Flaño, Josetxo, Ricardo, Font; y al visitante Helguera (m.66).

Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada, disputado en el estadio Reyno de Navarra ante 17.753 espectadores.

El Real Madrid se impuso por tercera temporada consecutiva en Pamplona y, al menos en lo referente al marcador, lo hizo de una forma rápida, apabullante.

Tres goles de Van Nistelrooy en el primer tiempo liquidaron las opciones de un Osasuna voluntarioso, pero afectado por una crisis de juego, confianza, suerte y resultados tan notoria que al Real Madrid, aseado y efectivo, le bastó con echarse en brazos del ariete holandés.

La iniciativa rojilla carecía de veneno, tal es así que tras una veloz transición bien urdida por Delporte, pero mal finalizada por Webó, el Real Madrid asomó en ataque y, con Van Nistelrooy en el lugar precisó, dejó a Osasuna a rebufo; la primera en la frente.

Van Nistelrooy, sembrado, recogió un rechace dentro del área y le dio la puntilla a un adversario que, preparado para otro tipo de partido, ya no tendría nada que decir.

Luego, ya a las puertas del descanso, con Osasuna a la deriva y el estadio enmudecido, el internacional holandés completó su particular hat-trick con un lanzamiento seco, sin ángulo.

En la reanudación, después de escuchar los primeros signos de desaprobación, Ziganda recurrió a Milosevic y David López en un intento, baldío, de remover un partido resuelto.

Más allá de un par de andanadas de Javier Flaño y Puñal, el monólogo local se antojaba inocuo, pero superado el cuarto de hora, Valdo encontró el gol a la salida de un saque de esquina que, siquiera de forma transitoria, sirvió de toque de atención para las huestes de Capello.

De ahí al final, Osasuna lo intentó hasta donde pudo, hasta donde las fuerzas y el estímulo le acompañaron. Para eso estaba Van Nistelrooy, que en la segunda mitad, con los deberes hechos, no tuvo necesidad de aparecer... hasta el final, hasta que Emerson le brindó la posibilidad de rematar su portentosa faena con un cuarto tanto excelente. El matador se ensañó.