Nastic: Bizzarri, Calvo, Navas, David García, Marco, Cuéllar, Morales (Campano, min.71), Chabaud, Pinilla (Juan, min.71), Rubén Castro (Ismael, min.59) y Portillo.

Sevilla: Palop, Alves, Javi Navarro, Dragutinovic, Castedo (Duda, min.79), Navas, Martí, Maresca (Poulsen, min.71), Puerta, Luis Fabiano (Chevantón, min.65) y Kanouté.

Gol: 1-0, Portillo (min.76).

Arbitro: Velasco Carballo, del colegio madrileño. Mostró cartulina amarilla a Morales, César Navas, Puerta y Chevantón.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigesimosexta jornada de Primera División, disputado en el Nou Estadi de Tarragona ante 14.500 espectadores. Lleno absoluto. Presencia de unos 300 aficionados sevillistas.

El Sevilla se dejó en Tarragona un pedazo de liga al caer derrotado ante el Gimnástic, que a la vez aviva la lucha por la permanencia, de la que hasta hace poco estaba desahuciado.

El equipo de Juande Ramos no supo aprovechar la gran cantidad de oportunidades generadas en la segunda mitad y, al final, lo acabó pagando ante un conjunto que vuelve a soñar con salvarse tras sumar siete de los últimos nueve puntos en juego.

En el primer tiempo, el Nástic fue siendo superior al colíder de la categoría y era el equipo que llevaba el peso del partido. El Sevilla, por el contrario, se desesperaba intentando crear juego. Sólo algunas internadas de Puerta por la izquierda llevaban peligro, pero nunca llegaron a inquietar la portería de Bizzarri.

A los 43 minutos de juego llegó la ocasión más clara para el conjunto andaluz. Puerta centró desde la izquierda y Kanouté remató al larguero.

En la segunda mitad, el Sevilla se convirtió en un ciclón, asediando la puerta de Bizzarri como si en ello le fuera la vida. Los de Juande seguían disfrutando de oportunidades, aunque con el punto de mira un tanto desviado. Chevantón tuvo en su cabeza la posibilidad de abrir la lata, pero su remate salió a la derecha de la portería local.

Los tópicos del fútbol dicen que, cuando un equipo perdona, al final lo acaba pagando. Así fue. El N stic no hizo méritos futbolísticos para conseguirlo, pero si tiene alguna virtud es que es un equipo que cree en sí mismo. Su ímpetu le llegó a crear una oportunidad que Campano le puso a Portillo. El de Aranjuez cabeceó de forma impecable.