El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, reclamó ayer a los Veintisiete un mayor nivel de gobierno económico europeo y advirtió de que es necesario ir mucho más lejos de lo que están negociando los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE). Trichet demandó sanciones más automáticas, un mayor control de la deuda pública y de los desequilibrios económicos internos de los países de la Unión, más poderes para la Comisión Europea y Eurostat y un comité asesor independiente.

En una intervención ante el comité económico del Parlamento Europeo, Trichet insistió en que "hace falta más ambición" en el reforzamiento de la supervisión presupuestaria y macroeconómica de los países, en especial dentro de la zona euro, para evitar que la desidia de algún país perjudique al resto.

La deuda pública, indicó el presidente del BCE, debe ser tratada con el mismo rigor que el déficit público, porque es igual de peligrosa, y reclamó introducir medidas preventivas y correctivas en la reforma del pacto de estabilidad que están negociando los ministros de Economía y Finanzas de la UE.

La progresiva pérdida de competitividad de un país es otro foco de grave inestabilidad, añadió Trichet. Por ello, recomendó establecer un mecanismo de control similar al del déficit público para vigilar y corregir los desequilibrios económicos internos de los países, con recomendaciones e imposición de ajustes apoyados en incentivos y sanciones.

CAMBIOS EN LA VOTACION Para reforzar en el futuro el carácter semiautomático de las sanciones financieras a los países laxos con las directrices del Ejecutivo comunitario y el Consejo, Trichet propuso cambiar el mecanismo de votación en el Consejo de Ministros de la UE para que las propuestas de la Comisión Europea se den por aprobadas a menos que exista una mayoría cualificada en contra. Además, el Banco Central Europeo reclamó más poder para Eurostat para fiscalizar los datos económicos y las cuentas públicas de los países.