Por sorpresa, ocho días antes de lo previsto y una hora antes de que abriera Wall Street, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos respondió ayer a la caída mundial de las bolsas del lunes (que no afectó al parquet de Nueva York al ser día festivo) con una agresiva reducción de los tipos de interés de 0,75 puntos, que deja el precio del dinero al 3,5%. Con esta decisión, la Fed intenta responder a la sensación de crisis financiera --alentada por el temor a una recesión en EEUU-- con una acción vigorosa con la que transmitir confianza.

Para calibrar la importancia de la rebaja de tipos, hay que tener en cuenta varias circunstancias. Es la primera vez desde el 11-S que la Fed toma una decisión de esta naturaleza antes de una reunión programada, que estaba prevista para el 30 de enero. El recorte es el mayor que la institución que dirige Ben Bernanke ha ordenado desde 1984, y la decisión se ha tomado sin coordinar con los bancos centrales europeo y japonés.

DECISION DE EMERGENCIA En su comunicado, la Fed explicaba las razones para la decisión de emergencia. "Los riesgos apreciables sobre el crecimiento se mantienen", reza el texto, una forma de decir que el peligro de una recesión en EEUU no es infundado. La Fed afirma que se ha producido un "debilitamiento de las perspectivas económicas" y que, aunque las tensiones a corto plazo en los mercados financieros se han aliviado, las condiciones financieras más amplias continúan deteriorándose.

Una medida de choque, en definitiva, que trata de enviar el mensaje de que la Fed va a actuar de la forma que sea necesaria para mantener la confianza en una economía con muchas vías de agua: el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la crisis de las hipotecas basura subprime, la crisis de bancos y entidades financieras, los riesgos inflacionistas, la continua devaluación del dólar, el alto precio del crudo,... Los analistas incluso especulaban ayer con otro recorte de tipos el próximo 30 de enero.

Desde la Casa Blanca, el equipo económico de George Bush destacó lo que calificó de "rapidez de reflejos" de la Fed. Bush tenía programada ayer una reunión con los líderes del Congreso para avanzar en el plan de estímulo de la economía que el Capitolio debe aprobar. En medios políticos se hablaba de que el paquete podría estar listo antes de primavera.

Por su parte, Wall Street reaccionó positivamente a la decisión de la Fed, tras empezar el día con pérdidas sustanciales que llegaron casi al 4%, al estilo de las sufridas en el resto del mundo el lunes. Los principales índices de la Bolsa de Nueva York cogieron algo de aire a medida que avanzaba la jornada para, al cierre de la sesión, presentar pérdidas moderadas del 1%.

GANANCIAS SIGNIFICATIVAS Los mercados europeos fueron mucho menos tímidos en la respuesta. Los principales parquets --salvo el DAX alemán, que cayó el 0,3%-- cerraron con ganancias significativas. El índice CAC de París mejoró el 2,1% y el indicador de Londres subió el 2,9%.

El Ibex 35 se recuperó el 1,69% y cerró la jornada en 12.839 puntos, lo que no está mal si se considera que los operadores bursátiles experimentaron sudores fríos a primera hora de la mañana al ver como se hundía la cotización del índice. Valores como el Santander caían un 10,5% y Telefónica hasta un 18%.

El mercado de materias primas también se recuperó levemente. El petróleo Brent cerró al alza en el mercado de futuros de Londres. El barril acabó la sesión en 88,45 dólares, 0,94 dólares más que en el cierre anterior. El euro se movió al alza frente a la divisa estadounidense y pasó de 1,43 a 1,46 dólares.