El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció hoy que España ha cerrado 2007 con un superávit de las cuentas públicas superior al 2 por ciento del PIB. Una vez más, el presidente centró el discurso en rebatir los malos pronósticos económicos, y este sábado, lo hizo en un acto convocado por el PSOE, tras el Comité Federal que aprobó las candidaturas del partido para las elecciones del 9 de marzo.

Zapatero señaló que frente al "miedo" que pretende extender el Partido Popular ante la situación económica, hoy quería dar la noticia de ese superávit, que se ha conseguido, subrayó, gracias a la gestión que se ha hecho de la economía. Con esta noticia termina una semana, marcada por la aprobación por el Gobierno de la reforma del Plan de Vivienda y la comparecencia en el Congreso del vicepresidente segundo, Pedro Solbes, para apuntalar la idea de que España se enfrenta a una desaceleración, no a una crisis.

La vivienda

El Gobierno despedía la semana con la aprobación ayer, en Consejo de Ministros, de la reforma del Plan Estatal de Vivienda (PEV) 2005-2008, que tendrá un coste estimado de 75 millones de euros. Además de facilitar el acceso a la vivienda a 250.000 familias, que se suman a las 620.000 que ya se han beneficiado en esta legislatura, el Gobierno busca dar salida al parque de viviendas en "stock" que tienen las promotoras por el parón en las ventas.

Un día antes, el vicepresidente Solbes comparecía en la Comisión de Economía del Congreso para explicar la situación de la economía, marcada por los datos negativos del aumento de la inflación, el paro y por la caída de la confianza de los consumidores. Aseguraba Solbes que afronta con "tranquilidad" la desaceleración económica, que además es "saludable", e insistía en que España está "preparada" para afrontar la coyuntura actual.

Ese mismo día, el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) mantenía las tasas de la zona del euro en el 4 por ciento. En la rueda de prensa posterior, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, se expresaba con dureza respecto a las presiones al alza sobre los precios. Y afirmaba que el BCE está "dispuesto a actuar preventivamente para que no se materialicen los riesgos para la estabilidad de precios y los efectos de segunda vuelta", es decir, para que la elevada inflación no se transforme en subidas salariales e incrementos de los precios.