A pesar de que las encuestas -y sus propias previsiones- les daban un resultado mucho más abultado, los líderes de Vox se dieron ayer por satisfechos (de cara a sus votantes) al acabar la jornada de votación. El presidente de Vox, Santiago Abascal, advirtió este domingo que la entrada del partido en el Congreso con 24 diputados es «solo el principio» y aseguró que han «venido para quedarse».

«Os dijimos que empezábamos una reconquista y eso es justo lo que hemos hecho», dijo Abascal en su intervención tras el escrutinio de las elecciones generales ante los simpatizantes y afiliados del partido congregados en la plaza madrileña de Margaret Thatcher, próxima a la ya icónica Colón.

Arropado por sus máximos colaboradores, Javier Ortega Smith, Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio, el líder de Vox quiso dar «gracias emocionadas» a los 2,5 millones de «compatriotas» que han confiado en ellos y les han votado. También a los interventores y apoderados, a los 50.000 afiliados y a los miles de españoles que les han acompañado en los mítines más multitudinarios de la campaña.

«No les vamos a defraudar», aseguró una y otra vez Abascal, que insistió que, desde el Congreso, seguirán lanzando su «mensaje de unidad nacional».

El líder de la ultraderecha consideró también que su partido ha cumplido con su obligación al haber pasado en tres años de 40.000 a 2,5 millones de votos. «Se ha producido verdaderamente un milagro», dijo, a pesar de que esa cifra se encuentra muy por debajo de sus expectativas. De puertas a dentro, los de Abascal se imaginaban ya como tercera fuerza por delante de Cs y con más de medio centenar de diputados.

El ex del PP no solo dedicó palabras a los suyos, sino que quiso referirse también a sus adversarios y antiguos compañeros. Abascal advirtió a «los que están en la calle un poco más arriba», en alusión al PP, que son los únicos responsables de que la izquierda vaya a seguir gobernando en coalición con los partidos «enemigos» de España.

contra la «dictadura progre» / «Hoy es momento de alegría, pero también de preocupación», aseveró, porque «no ha sido posible expulsar al Frente Popular», dijo el líder del partido en alusión al PSOE y Podemos. Asimismo añadió que, tras este domingo, «España está en una situación peor que ayer, pero eso significa que Vox es más necesario hoy que ayer», porque es una «garantía».

En su retaíla de promesas, Abascal se comprometió así a que sus 24 diputados incidan en el Congreso que «la unidad de España ni se debate ni se vota ni se discute, sino que se defiende hasta las últimas consecuencias».

«En el Parlamento nacional habrá una resistencia nacional ante las posturas y posiciones liberticidas», subrayó y, tras expresar su «profundo respeto» al resultado de estas elecciones -que Pedro Sánchez convocó hace ya tres meses-, advirtió de que ninguna mayoría habilita para una reforma electoral que tolere una referéndum en una parte del Estado, en clara alusión a Cataluña, que ha sido uno de sus ejes discursivos durante esta campaña.

En este sentido, Santiago Abascal reiteró que van a utilizar «todos los resortes del Estado para defender la Constitución», al mismo tiempo que no dudó en señalar a los que él considera los enemigos de España: los medios de comunicación, y la «dictadura progre». Abascal no será uno más en el Congreso.