Los sindicatos rechazaron hoy "intercambiar cromos con el Gobierno" y solicitar que se alargue la vida útil de las centrales nucleares a cambio de que se revise la decisión de retrasar a los 67 años la edad de jubilación. "Aquí no hay intercambios, vamos a explorar en cada ámbito dónde puede haber vías de acuerdo" declaró el secretario general de CCOO Madrid, Javier López, junto a su homólogo de UGT, José Ricardo Martínez, en un encierro en la delegación de la Seguridad Social en la capital de España contra la reforma de las pensiones. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, se mostró hoy dispuesto a analizar la prórroga de la vida útil de las nucleares, tal y como habrían planteado los sindicatos durante la negociación del pacto social y de pensiones, según publica el diario La Vanguardia. La petición por parte de los agentes sociales de revisar la política nuclear permitiría resolver el problema sin coste electoral, según este periódico. El representante de CCOO Madrid explicó que la idea no es hacer un "intercambio de cromos" sino "simplificar los ámbitos de negociación actualmente muy dispersos", y, "en definitiva, hablar del futuro económico. Y ahí entra la industria, la energía y el mix energético", aseguró. En todos estos campos "esperemos que en los próximos días se abran posibilidades y vías de acuerdo", para lo cual se trabaja "intensamente", destacó López. Por su parte, José Ricardo Martínez defendió que "este no puede ser el país de las rebajas y no me refiero a las de enero, sino a las rebajas fiscales para los que tienen y de derechos para los que no tenemos". Admitió que "es el momento de responsabilizarnos y de estar dispuestos al diálogo", pero subrayó que existen "líneas rojas trazadas, tras las que sólo queda la negativa y la oposición", como es "el planteamiento obsesivo de la generalización de jubilación a los 67 años". Las movilizaciones que comienzan hoy en sedes de la Seguridad Social de toda España -en el caso de Madrid de unas cien de personas entre encerrados y congregados- son "una medida de presión en las negociaciones", admitió el líder de UGT-Madrid, pero no un "prolegómeno de nada", preguntado por una eventual convocatoria de huelga general.