En manos del líder. La dirección del PSOE confió ayer a su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, el timón de las reformas estatutarias y en especial para salvar la del Estatuto de Cataluña. El presidente desplegará para ello todas sus artes de convicción y su capacidad de lograr acuerdos. Ayer dejó claro ante su ejecutiva que no lo hará sólo para preservar la estabilidad del Gobierno catalán, ni siquiera del suyo propio, sino para demostrar que la "actualización de la España autonómica" es una "apuesta" del PSOE. "Nosotros no tenemos que lidiar con las reformas --recalcó ayer Zapatero--, porque son nuestras".

El reciente cruce de declaraciones entre miembros del PSOE y del PSC ha trasladado una imagen de división interna que los socialistas se proponen borrar. "Se trata de pasar de la defensiva a la ofensiva" en el apoyo a las reformas estatutarias, resumió ayer el líder socialista, porque la mejora de los estatutos figura en el programa electoral socialista y en el texto de la reunión autonómica de Santillana.

UNANIMIDAD Ayer, tras un profundo debate en la comisión ejecutiva federal --la primera tras las vacaciones--, la cúpula socialista proclamó que "todos" --tanto el PSOE como el PSC-- "unánimemente" apoyan una reforma del Estatuto "por consenso y constitucional". Y se pusieron manos a la obra para que deje de parecer lo contrario.

Zapatero aceptó la petición de sus dirigentes para que asuma "el protagonismo", de modo que la suya sea la última palabra entre los socialistas. "Más trabajar y menos hablar", será el lema para las próximas semanas, según fuentes de la reunión. Como ejemplo del esfuerzo por llevarse bien, ni José Montilla ni José Blanco se reprocharon ayer sus últimas declaraciones.

El liderazgo del jefe del Gobierno tendrá una doble vertiente. Implicará acallar las voces socialistas que muestran en público su "preocupación" por que el texto que apruebe el Parlamento catalán exceda el marco constitucional. Y servirá para "convencer" a las bases electorales de los partidos nacionalistas (CiU y ERC) de que sólo es viable un texto que respete la Carta Magna. Según fuentes del PSOE, ese esfuerzo de pedagogía puede ser fructífero porque no se asimila a Zapatero con el centralismo.

SIN "TABUS" Según fuentes de la ejecutiva, Montilla asume que el electorado del PSC prefiere que no salga el Estatuto antes que provocar una crisis del Gobierno central por superar el marco constitucional. En contrapartida, Zapatero dejó claro ayer que "no debe haber tabús" sobre el alcance de las mejoras en el autogobierno. Y recordó a los suyos que los únicos límites los "fijará el Constitucional".