Los empresarios de estaciones de servicio de Extremadura muestran su más enérgica repulsa a que ahora se empiece a hablar de otro impuesto "para el arreglo de las carreteras". El presidente de la Asociación Regional de Empresas y Estaciones de Servicio de Extremadura, Casto Bravo, considera un "sinsentido y una barbaridad" la petición al Gobierno central de la patronal de los constructoras de obra civil en torno a un nuevo impuesto sobre el combustible para mejorar las carreteras, que imponga una tasa de 3 céntimos de euro por cada litro de combustible con el objetivo de dedicar estos ingresos extraordinarios al refuerzo del firme de la red de carreteras nacionales. "Eso es una auténtica barbaridad", insiste.

Por otro lado, avalan la apuesta del nuevo Gobierno extremeño de suprimir el impuesto del céntimo sanitario, que, a su juicio, les ha supuesto hasta un 25% de reducción de ventas, según Bravo. Además, ya han pedido una entrevista con el jefe del Ejecutivo autonómico, José Antonio Monago, para analizar esta y otras cuestiones sobre la situación de las gasolineras. Este tributo grava el consumo de carburante para financiar el sistema sanitario público.

La medida fue aprobada el pasado 17 de diciembre en el pleno de la Asamblea con los votos a favor del PSOE y en contra del PP y afecta a todos los conductores, salvo a los profesionales del transporte y para el gasóleo agrícola. Según se anunció en su día por los anteriores responsables del Gobierno regional, la previsión era ingresar con este tributo en torno a 20 millones de euros anuales aplicando una subida de 2,4 céntimos por litro de gasolina y dos por el de gasóleo.

Para Bravo, este impuesto no tenía ninguna razón de ser, ya que a esa subida hay que añadir la escalada de precios de los carburantes de los últimos meses. Por ello, esperan que si finalmente se lleva a efecto este compromiso del PP y lo elimina "las cosas puedan volver a la normalidad y las estaciones de servicio se recuperen", además de ser beneficioso para el bolsillo de los conductores. "Entiendo que hay un copago en torno a la sanidad, pero no que todo se pague a costa del automóvil", indicó.

En Extremadura hay algo más de 300 estaciones de servicio repartidas por toda su geografía.