Los fraudes alimentarios hay que perseguirlos siempre, aunque lo defraudado no implique peligro para la salud, sin embargo puede ser un problema económico. Además, el consumidor debe saber en todo momento lo que paga y consume, por ello ambos fraudes, con peligro o no sanitario, son totalmente perseguibles.

Este preámbulo tiene la intención de evitar equivocadas interpretaciones, a raíz de la noticia publicada la última semana sobre el hallazgo de carne de caballo en las hamburguesas de una cadena alimentaria. Este hecho es un fraude, en un principio económico salvo que se demuestre que la carne de caballo no tuviera un control sanitario y entonces también sería un fraude contra la salud. Teniendo en cuenta, que por el mero hecho de ser carne de caballo no implica peligro alguno sanitario. ¿O no recuerdan que hace unas décadas existían establecimientos específicos de venta de carne de caballo y de ballena?

Todos los alimentos necesariamente tienen que tener un control sanitario y estar etiquetados adecuadamente para conocimiento del consumidor. Ahora bien, una cosa es esta y otra el rechazo que pueda tener una concreta sociedad ante determinados alimentos. Teniendo en cuenta que el acto de comer va unido a la costumbre y a un comportamiento social.

XLO QUE PARAx una sociedad es bueno no tiene que serlo para otra. Ejemplos tenemos muchos, algunos de ellos son: para un extremeño o para un occidental sería muy arduo comer la cocina de Shanghai, o los mexicanos chapulines y escamoles, que suelen diferentes tipos de insectos fritos, así como comer a la plancha el Cuy o cobaya tal como lo hacen en Perú.

El consumo de alimentos requiere de la costumbre. Es habitual que rechacemos un determinado alimento por el simple hecho de que en casa de nuestros padres no ha sido costumbre consumirlo, esto suele suceder son la carne de caza.

Vuelvo al principio, lo importante es disfrutar con la comida y que no nos den "gato por liebre", aunque el gato no sea perjudicial para la salud. ¡Han sido muchos los felinos que han acabado en la olla en aquellos tiempos de postguerra!

Y por otro lado, debemos tener una capacidad amplia para las experiencias alimentarias, siempre que sean sólo gustativas, y otra cosa es perseguir todos los que signifique fraude alimentario.