"La crisis ha hecho que personas que nunca pensaban que iban a tener que estar en relación con Cáritas, a no ser que fuera como voluntarios, estén recibiendo ahora su ayuda", apunta Jesús Pérez Mayo, director de Cáritas en la Diócesis de Mérida-Badajoz. José Manuel López Perera, director de Cáritas en la Diócesis de Coria-Cáceres, coincide en que la crisis ha desdibujado el perfil de quienes acuden hasta esta entidad en busca de apoyo. "Puede ser cualquier familia de tu barrio en la que todos se han quedado sin trabajo", apunta.

El soporte que da Cáritas va destinado a la alimentación, pero también sirve para pagar luz, agua, alquiler o transporte. "Hay personas que algunas veces reciben, dependiendo del mes, distintos tipos de ayuda, unas veces para alimentación, otras para el alquiler", dice Pérez Mayo. Para evitar que se cree una dependencia a la largo plazo y también para intentar atender al mayor número de personas posible, se establecen límites tanto en los importes como en los periodos máximos de las percepciones. Durante 2015, en la Diócesis de Mérida-Badajoz los beneficiarios de estas ayudas fueron entre 18.000 y 19.000. En el caso de la de Coria-Cáceres superaron las 3.000 personas. Además, precisa López Perera, desde esta institución también se informa a los usuarios de a qué ayudas públicas pueden tener derecho y se les facilita su tramitación.

Las ayudas se reparten fundamentalmente a través de las Cáritas parroquiales (90 en Coria-Cáceres y 127 en Mérida-Badajoz). Cuando una persona se acerca a cualquiera de ellas, tiene lugar el servicio de acogida, en el que se trata de ver cuáles son sus problemas concretos y cómo pueden solucionarse. La labor de los voluntarios que colaboran desinteresadamente (900 y 1.905, en cada diócesis, respectivamente) es también fundamental en todo el proceso. "En muchos casos están desbordados y, en ocasiones, se sienten impotentes, porque ven que trabajan mucho pero que la situación no mejora tanto como ellos desearían", sostiene Jesús Pérez. A este respecto, apostilla que "vemos que el nivel de demanda de ayudas se mantiene. La crisis puede haber cambiado en términos macro, pero en la vida corriente de las familias todavía no lo notamos".