Los profesores de Religión no quieren medidas transitorias, sino una solución definitiva o al menos a largo plazo, que permita cerrar la confrontación y estabilizar su situación. «Dos horas de tutorías a la semana no son la solución, cuando hay profesores que van a perder hasta once horas de trabajo y de sueldo», dice María José Soria, presidenta de la Asociación de Docentes de Religión en centros públicos de Extremadura. A su juicio, con las medidas propuestas por la Consejería de Educación para paliar la pérdida de horas curriculares el próximo año, no se compensa la situación. No pasa de ser una solución parcial para paliar en algo el clima de precariedad que envuelve a este colectivo, que en su mayoría tienen contratos por horas y un convenio laboral. «Vivimos con contratos precarios y aunque haya profesores de religión con contratos a jornada completa, la mayoría son contratos por horas, por siete u ocho horas a la semana. Y estamos hablando del plato de lentejas de nuestros hijos», reclama esta docente.

La Consejería de Educación ha propuestos dos iniciativas para paliar durante el próximo curso escolar 2018-2019 la pérdida de horas curriculares de estos docentes en ESO y Bachillerato. Lo que plantea es que puedan desdoblarse los grupos hasta una ratio mínima de cinco alumnos, y que estos profesores puedan desempeñar también la tarea de tutor. Con la primera medida se amortigua la pérdida de horas y con la segunda se incrementa en dos horas lectivas el trabajo.

precariedad/ «No es que la administración esté tomando medidas para favorecer a los profesores de Religión. Es que han visto que la situación de precariedad de que tenemos es algo insólito y están acatando una sentencia del Tribunal Supremo del año 2010», dice Soria. La resolución judicial considera a los profesores de Religión como docentes a todos los efectos y miembros del claustro de profesores, lo que les habilita para ser tutores, aunque siempre que el grupo sea puro, es decir, con todos los alumnos matriculados en esa materia.

A pesar de eso, Soria desconfía de que, en la práctica, vaya a incrementarse el número de compañeros que asuman la tarea (algunos ya lo hacen o lo han hecho) porque, más allá del requisito de que sean grupos puros (en Extremadura, tres de cada cuatro alumnos de ESO estudia Religión, según los datos del ultimo curso), la decisión final depende del equipo directivo del centro que es quien propone a los tutores.

Para los docentes de Religión, además, tanto los desdobles como las tutorías no pueden pasar de ser medias transitorias para el próximo curso. Reclaman por ello una mesa de Función Pública (al tener la condición de personal laboral no se puede abordar su situación en la mesa sectorial de Educación porque no tienen la condición de docentes), que se debe convocar a lo largo del próximo curso, con el propósito de establecer una regulación de su trabajo y articular soluciones definitivas que no les expongan a vaivenes cada año. «Si tenemos que hacer una oposición, que se ocupen de convocarla y la hacemos», dice. Otra alternativa que ponen sobre la mesa es que se configuren unas listas públicas y abiertas con un sistema de baremación, tal y como lo está haciendo ya la Comunidad de Madrid.

«¿O vamos a estar todos los cursos añadiendo horas, quitando horas y enfrentándonos?», plantea la presidenta de la Asociación de docentes de Religión.