Los supervivientes y los familiares de las víctimas de la masacre de Utoya (Noruega), en la que 69 personas murieron hace dos meses por los disparos del ultraderechista Anders Behring Breivik, podrán visitar la isla de nuevo mañana.

La iniciativa está pensada para aquellas personas que declinaron por distintos motivos la oferta de las autoridades noruegas para participar en la primera visita realizada un mes después de la matanza, informó hoy la Dirección de Protección Civil y Planificación de Emergencias noruega.

Alrededor de 1.500 personas formaron parte los días 19 y 20 de agosto de la primera visita, divida en dos jornadas, la primera para los familiares y la segunda para los supervivientes.

Las autoridades noruegas esperan esta vez una afluencia mucho menor, en torno a 200 personas, de ahí que hayan decidido juntar las visitas el mismo día: los familiares por la mañana y los supervivientes por la tarde.

Al igual que entonces, las visitas serán de carácter privado y cerradas a los medios de comunicación, y familiares y supervivientes podrán recorrer la isla y homenajear a las víctimas a su manera, y contarán con apoyo psicológico de las autoridades.

Las visitas de los días 19 y 20 de agosto precedieron a una ceremonia de duelo nacional, celebrada en el Oslo Spektrum y a la que acudieron representantes oficiales, familiares de las víctimas, supervivientes y personal que colaboró en las labores de rescate.

Breivik, de 32 años y autor confeso de la matanza, hizo explotar un coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo el 22 de julio y, justo después, se desplazó a Utøya, al sur de la capital, para abrir fuego indiscriminadamente contra los asistentes al campamento de las Juventudes Laboristas, la mayoría jóvenes adolescentes.

En total murieron 77 personas, 8 en el primer atentado y 69 en la isla de Utøya. El ultraderechista y fundamentalista cristiano permanece encarcelado en la prisión de Ila, al oeste de Oslo, en régimen de prisión preventiva y aislamiento total.