Las inmediaciones del Parlamento griego están siendo escenario de enfrentamientos entre la Policía y grupos de manifestantes, en una jornada de huelga general contra las medidas de austeridad del Gobierno, que ha tenido una masiva respuesta. Hasta el momento, dos mujeres y un hombre, han fallecido en un incendio, el cual ya ha sido extinguido, ocurrido en un edificio que alberga una oficina del banco Marfin y en el que se encontraban unas 20 personas en su interior.

Hacia el mediodía, unas 100.000 personas, según fuentes sindicales, y unas 25.000, según la Policía, se han concentrado en un verdadero asedio al Parlamento de Atenas, en cuyos alrededores los agentes antidisturbios han respondido con gases lacrimógenos al lanzamientos de objetos por parte de grupos de enmascarados.

Según Efe, grupos de radicales han arrojado botellas y piedras contra los policías, que reaccionaron con varias andanadas de gases y bombas de ruido. "Que se queme, que se queme, el burdel del Parlamento", corearon algunos de los manifestantes más violentos. También se escucharon gritos contra la Policía.

Consignas contra el Gobierno

Los participantes en la protesta esgrimen pancartas con lemas contra los organismos internacionales que han concedido ayuda financiera a Grecia y gritan consignas contra el Gobierno, que ha anunciado duras medidas de ahorro para reducir el déficit y la deuda.

La huelga general de hoy, convocada por los sindicatos mayoritarios y la cuarta en lo que va de año, ha paralizado la totalidad del tráfico aéreo, marítimo y ferroviario, aunque muchas tiendas del centro de la capital permanecieron abiertas.

80% de participación

Stazis Anesti, portavoz de la confederación de trabajadores GSEE, declaró que "la participación ha superado el 80% en los puestos de trabajo". Funcionarios y empleados de diversos sectores privados participaron en las protestas, calificadas como la de mayor seguimiento en los últimos meses, gritando consignas hostiles a la eurozona y al Fondo Monetario Internacional (FMI).

El FMI y los países del euro han otorgado préstamos por 110.000 millones de euros a Grecia para pagar su elevada deuda, a cambio de que el país aplique severas medidas de ahorro, como la reducción de los sueldos de los funcionarios, el aumento de los impuestos y una flexibilización de la legislación laboral, incluidos más despidos.