-Usted es de Corral de Almaguer (Toledo) y es de la familia de Los Maletas...

-Siii, ese es el apodo que tiene mi familia (risas).

-Y un día hizo la maleta...

-Hice una maleta para una semana porque conocí la Casa de la Misericordia de Alcuéscar por una revista y decidí hacer un voluntariado. Me gustó tanto que empecé a pensar que por qué no podría estar allí mi lugar. La felicidad que había recibido dando de comer a un enfermo o cambiándole un pañal o acostando a una persona inválida nunca la había sentido. Esa paz, esa tranquilidad, ese acostarte por las noches súper contento a pesar de que no había salido de fiesta, pero estaba feliz. Pensaba: «Jo, es que estoy contento, es que gracias a mí este enfermo o esta persona con discapacidad ha podido tener un día más agradable, por mi sonrisa, porque lo he sacado a pasear, porque le he dado de comer, porque por la noche le he dado un beso despidiéndonos». Aquello tanto me tocó el corazón que cuando llegué a mi casa le dije a mis padres que estaba pensando volver. Ellos me contestaron: «¿Pero, cómo, irte otro fin de semana?»; les aclaré: «No; volverme para siempre». Recuerdo que se opusieron a eso, no les gustó la idea, a pesar de que mi madre era muy religiosa. Me decían que aquello les daba muy mala espina, me lo pusieron todo negro, incluso me llegaron a decir que Alcuéscar era una secta. Nos recibió el padre Rafael y mi madre le dijo de todo menos bonito, que le habían robado a su hijo, la alegría de su casa, que no sabía qué me habían dado para convencerme, que no era normal, tan lejos, que el disgusto más grande que había recibido en su vida era que su hijo se viniera para Alcuéscar. Y allí llevo 25 años. Siempre digo que son los 25 años más bonitos de mi vida, no hay ni un día oscuro que me haya arrepentido de tomar esta decisión; la tomé con 19 años, que creo que ya había vivido y que tenía capacidad para pensar y decidir mi vida.

-Lo primero que se viene a la cabeza cuando se habla de usted es su amistad con Iker Casillas y Sara Carbonero...

-Mi familia y la de Sara han tenido mucho que ver. Su familia tenía una empresa en la que trabajaba mi hermana y siempre nos hemos llevado muy bien. Y todo surgió cuando en un momento que se estaba hablando de que Iker y Sara se iban a casar por la iglesia. Nos echamos una foto y un paparazzi, al ver la imagen y que yo iba vestido de cura, mezcló que podía ser la quedada para preparar el enlace.

-Tiene un programa en Radio María. Entrevistó a Carmen Lomana...

-Me gusta mucho el periodismo, escribir y la radio. También colaboré en un programa con Lola Trigoso en Canal Extremadura Televisión. Teníamos la tertulia de los lunes y siempre participaba con dos o tres cosas, muchas veces temas de actualidad y un poco complicados de defender. En Radio María llevo el programa ‘La noche es joven’; en él me puse en contacto con Carmen Lomana y con Ivonne Reyes. Carmen tuvo una gran conversión en su vida y nos la contó. Con Ivonne entablé una amistad muy bonita porque luego murió su hermano, la ayudé bastante, y la verdad es que es una mujer muy ‘apañá’ y muy religiosa.

-Usted contesta a preguntas y dudas de muchos jóvenes por facebook y twitter, ¿a través de las redes sociales también se evangeliza?

-La Iglesia tiene que aprovechar esta plataforma que tenemos de poder llegar a miles de personas a través de una imagen, de una conversación, de una entrevista... Y sí que las utilizo mucho y confieso que todos los días dedico dos o tres horas a actualizarlas y a evangelizar en las redes sociales.

-En 2014 viajó a Brasil para encontrarse con el Papa Francisco. Entonces dijo usted que la Iglesia tiene que dar el paso para conquistar a los jóvenes, ¿sigue pensando lo mismo?

-Sí. No hay convento de frailes o curas que no tenga ya su facebook o su red social para vender dulces, hablar de su vocación, contar testimonios de los jóvenes... Nos tenemos que actualizar, no nos tenemos que quedar anclados.

-Además el Papa es un gran hombre de Estado. ¿Cuánto cree que durará?

-Hoy más que nunca pienso que la gente no va a entrar en la sacristía sino que el cura y la Iglesia tienen que salir a buscar a la gente. Cuando el Papa Francisco salió, a mí me iluminó y me dio mucha luz. Y dije: «Lo que está diciendo el Papa Francisco yo lo llevo viviendo desde hace años; es decir, salir a la calle, utilizar las redes sociales, estar con los pobres, quitar protagonismo, quitar barreras que nos separan». El Papa Francisco para mí es un crack, pero así en mayúsculas, en todas las condiciones. Y cuando un joven, por ejemplo en la Universidad, me echa por tierra la Iglesia y me machaca a las monjas de su pueblo, siempre le saco el tema del Papa Francisco, y por muy ateo que sea y por muy en contra de la Iglesia que esté, todavía no he encontrado a un joven que me diga: «Paso de él». Siempre me dicen: «No, es que ese es distinto. Sí, en ese Papa Francisco sí que creo». El Papa convence porque todo lo que habla lo está viviendo. Ha rechazado vivir en el Vaticano por vivir más pobre, más sencillo, rechaza un buen coche, rechaza todo el protocolo por romper barreras y llegar a la gente.

-Es miembro de la Casa de la Misericordia de Alcuéscar, el lugar donde habitan los despojados de la sociedad...

-Sí. Es una casa de acogida donde abrimos la puerta a quienes vienen con problemas físicos, psíquicos, sensoriales, pero todos con un problema en común, que es la soledad. Es gente que por distintos motivos se ha visto sola en la vida y ahí tenemos a 70 personas a las que estamos intentando ayudar, acompañar y dar una vida más digna y más autonomía en medio de su enfermedad. Tenemos un gran equipo de profesionales, de terapia, de psicólogos, de enfermeros...

-Usted es el prototipo de cura moderno. De hecho, es responsable en la diócesis de ‘Confesor Go’, la aplicación móvil que permite localizar al sacerdote más cercano para que te confiese...

-A mí siempre me llaman el cura moderno, el de las redes sociales, el que está en todos sitios, el que está como Dios y aparece donde menos lo esperas, bien en un tiro al plato, o bien en la universidad, o dando una clase... Hace unos años surgió la aplicación ‘Confesor Go’ en la que a través del móvil puedes localizar a un sacerdote. Hoy en día si necesitas un cura, ¿dónde vas?, a la Iglesia muchas veces no puedes, muchas están cerradas, el sacerdote no va vestido o identificado como tal. Si un día tienes una depresión, un problema, el médico te ha descubierto una enfermedad y necesitas buscar ayuda en un sacerdote, ¿cómo lo encuentras? De modo que a través de la aplicación te localizan en cualquier momento. Cada vez me llegan más whatsapps en los que me dicen que necesitan hablar conmigo, que les busque hueco, porque cada vez más los jóvenes se sienten vacíos, están sufriendo muchos problemas familiares, amorosos, sentimentales y necesitan y ven en el sacerdote a esa persona en la que pueden confiar.

-Por sus palabras se deduce que el sacerdote es un sanador del alma, si es así ¿por qué cada vez hay más psiquiatras y psicólogos y menos sacerdotes?

-Sanar el alma es una de las misiones y es una de las que más están echando mano jóvenes y personas que están con problemas. Habrá gente que acuda a psicólogos porque es lo más fácil, por eso el sacerdote tiene que estar identificado. Hay falta de vocaciones, pero este año ha subido el tanto por ciento de gente que ha entrado en los seminarios y en los noviciados.

-También es párroco en la iglesia de Alcuéscar, ¿qué gente va hoy a misa?

-Soy párroco de Alcuéscar y digo misa en la ermita de la Paz para jóvenes y jóvenes universitarios. ¿Qué gente va a misa? Pues a misa van los de siempre, personas mayores, y es verdad que hoy no se valora ir a misa y va muchísima menos gente, pero también es cierto que cuando le ofrecemos una misa distinta captamos a más gente. Creo que la misa no está de moda pero sí que creo que hay que actualizarla. La misa no la podemos cambiar porque la misa es la que es, pero sí es verdad que podemos cambiar las formas de llegar, nuestro vocabulario, nuestra forma de actuar con la gente, de intercalar, de intercambiar nuestra conversación o miradas o gestos, que creo que eso Jesucristo lo hizo con su predicación, por eso utilizó las parábolas.

-Y es director técnico del Colegio Mayor Universitario San José...

-Pues sí, llevo cuatro años aquí. Es una cosa que nunca pensamos porque es un colegio laico, de la Fundación Bancaria Caja Extremadura, pero hace cinco años me pusieron de capellán, invitado por el director Antonio Franco, para que viniera una vez a la semana a acompañar a los jóvenes. La Fundación pensó en que alguien de la Casa de la Misericordia cogiera la dirección porque el director pasaba a ser el director general de la Fundación. Mi superior vio que aquí podía hacer una gran labor. Es de las experiencias más bonitas que estoy viviendo. Me estoy dando cuenta de que el sacerdote no estorba entre los jóvenes, que los jóvenes necesitan del sacerdote para todo y me estoy dando cuenta de que no están tan perdidos los jóvenes sino que, a lo mejor, la culpa de no saber captar a los jóvenes la tenemos nosotros. Cuando entré había solo 60 universitarios, ahora llevamos dos años con el 100% del colegio mayor completo. Cada vez más este despacho está dejando de ser un despacho de dirección para ser un despacho de acompañamiento.

-El presidente de la Junta, Fernández Vara, ha destacado recientemente el papel social y político desempeñado por la Iglesia Católica durante las últimas décadas de convivencia democrática en España, ¿está de acuerdo?

-Sí. La Iglesia jugó, está jugando y jugará un papel importante en la sociedad. Necesitamos dar respuesta a lo que vivimos y estar a la altura de las circunstancias de lo que la sociedad nos está pidiendo.

-¿Se puede ser de izquierdas y ser católico practicante?

-El pensamiento político va mucho con lo que ofrece el partido. El pensamiento de izquierdas es el de los pobres y la gente sencilla. Todo el pensamiento político en el que nos estamos moviendo, tanto el de izquierdas como el social, como el de la derecha, no cumple ahora mismo con los objetivos primordiales con los que se fundó. Por ejemplo, la misión del Partido Socialista es acompañar a obreros y trabajadores; no sabemos si eso es lo que está haciendo el partido actual.

-«Todas las drogas eran pocas para calmar los daños que me habían causado». Una víctima de un cura en un seminario de La Bañeza describe así el trauma que sufrió por ser acosado sexualmente a los 10 años. ¿Qué le parecen estos hechos sórdidos, cree que el poder eclesiástico ha mirado para otro lado?

-Bueno, ahora mismo la Iglesia está en un momento muy bueno. El Papa nos está diciendo que todo lo que no esté bien hay que denunciarlo, aunque vaya en contra de la Iglesia. Por el mal entender o no querer dar una mala imagen a la Iglesia posiblemente se han podido callar muchas cosas, o no se ha dicho toda la verdad sin llegar a mentir, pero sí es cierto que la Iglesia nos está pidiendo que denunciemos los casos que veamos. Muchas veces el pecado del sexo ha estado muy manipulado y perseguido. Y siempre digo lo que nos ha dicho el Papa: «¿Quiénes somos nosotros para juzgar las distintas condiciones de las personas?» La Iglesia tiene que ayudar a toda esta gente de los distintos pensamientos e instintos sexuales. Voy a sacar adelante en Alcuéscar un curso de separados y separadas porque también tienen un papel importante en la Iglesia, son hijos de Dios y tienen que ocupar su puesto en la parroquia.

-Vayamos a una pregunta simple: ¿por qué los curas casan y no se casan?

-Porque si los curas nos casáramos habría más curas separados que laicos (carcajadas). Los curas casamos porque es un sacramento pero los curas jamás nos podríamos casar. Estoy de acuerdo con que el cura dé otros pasos y se actualice en otros temas, pero es imposible que un cura que vive 24 horas su vocación pueda compartir su vida con una mujer. Yo estoy 24 horas, el móvil nunca lo apago. Hace poco un muchacho de Cáceres se sintió mal, estaba en un piso, tuvo un dolor fuerte y a las tres de la mañana me vine, lo llevé a Urgencias y estuve con él toda la noche. Un obrero, un periodista, llega un momento en que puede cortar porque quiere hacer deporte o atender cosas personales. Pero un cura no debe tener un tiempo para sí. Tenemos que estar 24 horas al servicio de los demás, y si eso lo quieres así es muy difícil que puedas compartir tu vida con tu mujer y tus hijos. Incluso en lo económico: cobro 800 euros, no creo que con ese dinero pueda sacar adelante a una familia.

-¿Y qué hacemos con las hormonas?

-Voy a decir la verdad: dentro de todos los problemas que tengo, el sexual es el que menos problemas me da. Las hormonas se pueden controlar. Es igual que un hombre que se casa con una mujer, o una mujer que se casa con un hombre, depende ya de una persona. ¿Y las demás mujeres no le gustan? Pues sí, pero se tiene que controlar, y tiene que pensar que a partir de ahora su vida está hecha para esa mujer. Pues esto es lo mismo. Tú eres sacerdote y sabes que tu instinto sexual y tu sexualidad la tienes que controlar y sabes que esa sexualidad cuando la incardinas o la encauzas por un camino adecuado es fácil de controlar. A mí me cuesta más prohibirme mi libertad que controlar mi sexualidad.

-¿Qué le parece el gobierno de Pedro Sánchez, no cree que era necesario un cambio en España?

-Pues sí, la verdad. Creo que era importante un cambio, lo que pasa es que no sabemos si el cambio va a ser para mejor o para peor. Hoy en día creo que la política ha perdido su sentido, no creo que esté jugando el papel que tiene que jugar, porque cada vez hay más persecución, cada vez hay más engaño, cada vez hay más promesas que luego nunca se cumplen. Pienso que algunas veces los políticos dejan mucho que desear y que lo mejor que podrían hacer es dimitir, ya sean de derechas, ya sean de izquierdas.

-¿Qué opina de la exhumación de los restos de Franco?

-Me parece bien que ocupe otro lugar menos problemático. En la vida todo lo que dé problemas hay que solucionarlo, buscar la forma de intentar crear la paz y no la guerra. Y si porque Franco esté ahí se está creando una polémica, bueno, pues que lo lleven a otro sitio. Bastante polémica tenemos en la sociedad como para que también un muerto cree polémica.

-¿Qué hacer para solucionar el conflicto catalán. Qué hará la curia si le quitan Montserrat?

-(Risas). Muy buena pregunta. Creo que la independencia es la mayor tontería, porque España tiene que estar unida y España, a imagen de Europa, no puede crear esta división, porque se están yendo muchas empresas, se están yendo muchos negocios por ello. No creo que toda Cataluña quiera independizarse. Lo segundo: Montserrat igual que todo lo que conlleva ser de Cataluña está muy manipulado, ¿riqueza? no creo que cree mucha.

-Y siendo toledano no podemos dejar de preguntarle por Guadalupe...

-La Virgen de Guadalupe es patrona de Extremadura esté aquí o esté en Toledo. Entre los obispos podrían dialogar, qué es lo que viene mejor a los pueblos y cómo se puede evangelizar mejor. Habría que buscar más que el triunfo político o eclesial de dónde esté Guadalupe, el bien de los pueblos. Coherentemente Extremadura no tiene sacerdotes para cuidar a esos habitantes que se marchen de la diócesis de Toledo. Les estarías quitando de la misa diaria o de la administración de los sacramentos.