La oxitocina

es una molécula orgánica

pequeña, un oligopéptido

que consta de sólo nueve

aminoácidos. Se descubrió

a principios del siglo pasado

y se sintetizó artificialmente

por primera vez en

el año 1953.

No existe ninguna dieta rica en oxitocina ni ningún alimento que la contenga, pero se ha demostrado que algunas simples prácticas pueden mejoran los niveles de oxitocina: dar abrazos, reír, meditar, no reprimir las lágrimas, conversar con amigos... En general, las expresiones de afecto y conexión humana tienen una ligazón estrecha con la producción de esta hormona. Por ejemplo, con solo quince minutos de masaje está demostrado que los niveles de oxitocina aumentan, mientras disminuyen las hormonas relacionadas con el estrés. El hombre es un ser social, así que dedicar tiempo a los amigos o familiares y conseguir apreciar esta conexión e interacción humana tiene un impacto positivo en el cuerpo y en la mente.