La novela distópica de Margaret Atwood había sido adaptada al cine en 1990, con dirección de Volker Schlöndorff y la añorada Natasha Richardson en el papel que ahora ha valido el Emmy a Elisabeth Moss; a la octava va la vencida (fue nominada seis veces por ‘Mad men’ y una por ‘Top of the lake’).

Pero el 2017 parece, en términos de coyuntura política, un año aún mejor para hablar de un régimen totalitario y patriarcal en el que se pretende que las mujeres se limiten a ser úteros con piernas. En la distopía creada por Atwood, un entorno tóxico ha causado problemas graves de fertilidad, y las pocas mujeres que pueden quedarse embarazadas están al servicio de las esposas estériles de la élite.

Como corresponde a un proyecto marcadamente feminista (aunque Moss prefiriera negarlo en cierta ocasión y, por supuesto, Internet explotara), el equipo de esta producción de Hulu, aquí distribuida por la plataforma HBO, está lleno de mujeres, empezando por Reed Morano, directora de fotografía pasada a cineasta que sentó unas bases visuales entre la calma chicha pictórica y una perspectiva distorsionada algo efectista.

Cinco directores

De los cinco directores empleados en la primera temporada, solo uno es hombre, Mike Barker. Y aunque Bruce Miller es el ‘showrunner’, también existe mayoría femenina en el apartado de guionistas. El diseño de vestuario corre a cargo de una grande como Ane Crabtree, que puede presumir de tener a ‘Los Soprano’ y ‘Westworld’ en su CV.