Durante el pasado año, el ayuntamiento abrió un total de 101 expedientes sancionadoras por incumplimiento de las ordenanzas municipales. Las normas jurídicas que más se infringieron fueron la ordenanza de convivencia ciudadana, la de aparcacoches y la de mercadillos.

Con respecto a la ordenanza de mercadillo, acaparó el 10% de las denuncias. El porcentaje es bajo, pero no así las cuantías de las multas, ya que cada sanción asciende a 1.500 euros y en todos los casos es por ejercer la venta ambulante ilegal.

En el balance anual también destaca las multas interpuestas a través de la ordenanza de convivencia ciudadana, ya que acapara el 30% de las sanciones.

En este apartado entra una gran variedad de actividades, casi todas relacionadas con actos vandálicos, como romper farolas, pegar carteles, tirar petardos, arrojar botellas a la vía pública, realizar pintadas, matar patos o verter un cenicero en la calle.

De entre todas, destacan las multas por realizar pintadas. De las once que puso la policía local, 10 jóvenes decidieron acogerse a la posibilidad de realizar trabajos complementarios y sólo uno pagó los 150 euros de la sanción.

También hay denuncias por abandonar coches en la vía pública, consumir bebidas alcohólicas en la calle, arrojar basura fuera del horario establecido, por no censar a perros considerados peligrosos o por acumular basura.