Los cientos de jóvenes que se dan cita en el ferial para celebrar el botellón se encontraron el sábado con la desagradable sorpresa de no poder acceder al recinto, ocupado por numerosas carpas, y a oscuras la zona de los aparcamientos, lugar donde se suelen instalar para divertirse.

Los jóvenes, cargados con bolsas y sin saber qué hacer, se fueron apostando en la rotonda de los Emeritos, un tramo de la avenida José Fernández López y parte del Arenal de Pan Caliente.

Los conductores que sobre la una de la madrugada pasaban por allí no daban crédito, ya que una multitud invadía la calzada y había peligro de atropello. Finalmente, los jóvenes, que criticaron la falta de previsión del ayuntamiento y la nula información, ya que no fueron avisados de que no podían ir al ferial, se trasladaron a una explanada cercana, fuera del peligro de la circulación.