El Gobierno de Extremadura, para las próximas elecciones, debería promover a los políticos que se presenten con un currículum vítae académico brillante y, en el trabajo que desarrollan cada día, comprobar su profesionalidad. Hacer un examen con preguntas, tipo test, sin trampa, que hay exámenes que ponen 150 preguntas dificilísimas y los hay tan listos, que hacen 150 perfectamente. Los hay listos, listos, listos. Y, como son los que nos representan, deben ser los mejores, más que listos, inteligentes.

Hacer las cosas como desea José Antonio Monago (bombero, profesor de EGB, criminólogo, doctor en Derecho), que aprenda más de uno. Primero, evitar a los merodeadores políticos junto al mandamás . Con la lista de los mejores, ir a por ellos: médicos, abogados, profesores, ingenieros, albañiles, fontaneros, carpinteros, electricistas-

Hay profesionales que, sin ser universitarios, tienen el don de la sabiduría y el trabajo bien realizado. Fuera los pelotas, correveidiles, aduladores, lisonjeadores y tiralevitas. Estas castas son las que más abundan en los momentos de confeccionar listas de políticas. Los hay que no les importa comulgar con ruedas de molinos con tal de estar cuatro años en un cargo sin dar ni golpe.

De ahí que el presidente de la Asamblea de Extremadura, Fernando Manzano (profesor por oposición de Formación Profesional), con el beneplácito de su partido, quiera reducir el número de diputados regionales, de 65 a 30. La mitad para cada provincia, aunque Badajoz tenga más habitantes, hay que ser solidarios y, para Cáceres y Badajoz, los mismos cargos políticos. También hay universitarios analfabetos en política, la universidad no te da el título de saber gobernar, ni mucho menos.

Miras en tu entorno político, buceas un poco y, encuentras cada personaje que no te explicas como pueden estar representándonos. Hoy, ser político, es una carrera bien remunerada y te da poder. Da vértigo comprobar como se adaptan tan pronto a sus cargos, que jamás han tenido ni conocido ni de cerca. Los hay tan listos y listas que suelen estar a la hora justa en el momento oportuno para tomar parte del trozo de tarta en el reparto electoral.