El descendedero del Puente Romano de Mérida luce una nueva imagen más accesible tras las obras de mejora realizadas, que han contado con una inversión de 46.007 euros, IVA incluido, con cargo al superávit económico de 2019. El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna; la portavoz municipal, Carmen Yáñez; y el director del consorcio de la ciudad monumental, Félix Palma, visitaron ayer estas obras una vez finalizados los trabajos de adecuación y accesibilidad al paseo perimetral del río Guadiana desde el puente.

«Este descendedero es el que más tránsito tiene y hemos conseguido que sea más accesible», manifestó Osuna, quien destacó que la obra «queda en consonancia con el entorno y culminará con la retirada de maleza del entorno del puente romano». «Vamos a realizar más intervenciones de ese tipo con el asesoramiento del consorcio para poner en valor nuestro patrimonio mundial», apuntó.

Los trabajos han consistido en la mejora del pavimento y limpieza del mismo. Se trata de una «intervención necesaria» para garantizar la pervivencia de este bien, ya que el tramo estaba muy deteriorado al haber sufrido importantes desprendimientos y dificultad del tránsito peatonal. Para la realización de los trabajos se ha contado con el asesoramiento técnico del consorcio, según indicó el consistorio en nota de prensa.

El antiguo pavimento de esta zona del puente estaba formado por un pavimento de piedras natural con forma de rajuela, es decir, piedras de río, en bolos o gravas de gran tamaño y al ser los cantos de gran formato dificultaban el tránsito peatonal. Además, en algunas zonas existían lagunas que habían perdido parte de este empedrado, así como parcheados que se han ido realizando a lo largo del tiempo. La pavimentación nueva mantiene la armonía con el resto del puente, pero haciéndolo más confortable y accesible para el tránsito de peatones. Para ello, se han utilizado materiales naturales para su colocación.