Técnicos de la Junta de Extremadura y de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) están trabajando para frenar el avance de poblaciones de camalote, unas plantas amazónicas que crecen entre 30 y 40 metros a la semana y que cubren gran parte de las aguas del río Guadiana a su paso por Mérida y por otras poblaciones. Así lo manifestó ayer el director general de Medio Ambiente, Guillermo Crespo, quien apeló a la responsabilidad de los ciudadanos para que no introduzcan en los hábitats especies exóticas como esta, ya que se puede romper el equilibrio medioambiental.

La aparición de estas plantas preocupa también al Ayuntamiento de Mérida, que ha pedido a la CHG que elimine, "cuanto antes", esta planta amazónica, "una de las más dañinas del mundo", y cuya población "se ha duplicado en poco más de doce días", según la Delegación de Parques y Jardines.

El consistorio asegura que habría que realizar un estudio más detallado para conocer las posibles consecuencias de esta vegetación, porque esta planta reduce el nivel de oxígeno e impide el paso de la luz del sol a la columna de agua y a la diversidad biológica en el ecosistema acuático. En este sentido, señala que uno de los problemas que se observa es la extensión de esta planta en el molino de Pan caliente, donde impide la entrada de aves en el canal.

Una posible solución de urgencia, apunta, sería limpiar las orillas del río para evitar una mayor propagación.