Medea , una vez más, de nuevo diferente. Medea , en versión doble, por el Ballet Nacional de España y la Orquesta de Extremadura, abre hoy la 59 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. "Es un lugar maravilloso y mágico, el más ideal para esta obra", consideró sobre el singular escenario del teatro romano el director del Ballet Nacional, Antonio Najarro, que ya lo pisó hace 13 años, justo como bailarín de este montaje de danza española y flamenco. En esta ocasión, estará precedido por la Medea del estadounidense Samuel Barber en los instrumentos de la orquesta regional, a modo de preludio "que ayuda al público a centrarse en la tragedia", según su director, Alvaro Albiach.

Es la cuarta vez, según Najarro, que el Ballet Nacional representa en el Teatro Romano de Mérida la Medea que estrenó en 1984 y que se considera de lo mejor de su repertorio. El clásico en sí mismo es también conocido en el certamen extremeño, donde se ha representado en 16 ocasiones. El director del Ballet Nacional destacó el homenaje al recientemente fallecido Miguel Narros, autor del exitoso guion, que se representará como lo concibió junto al coreógrafo José Granero y al compositor Manolo Sanlúcar. Hoy repite como Medea Maribel Gallardo, que ya lo fue hace 13 años, y mañana le da la alternativa a Esther Jurado que, con Mariano Bernal en el papel de Jasón, protagonizan un "cambio generacional" que resaltó Najarro. La Orquesta de Extremadura acompañará al Ballet Nacional y a sus músicos, bajo la dirección de José Antonio Montaño.

El director del festival, Jesús Cimarro, apuntó que ya se han vendido 17.000 entradas anticipadas, 7.000 más que el año pasado en estas fechas. "Cuando las cifras caen en el país, Mérida vuelve a romper los esquemas". La consejera de Cultura, Trinidad Nogales, consideró que corre "un viento favorable" para el certamen e hizo hincapié en que en la apertura se haya apostado por "hermanar el Ballet Nacional y la Orquesta de Extremadura", haciendo patente a su juicio la apuesta de la Junta por esta última institución, que el año pasado atravesó momentos delicados por su deuda.

En la misma línea, tanto Nogales como Cimarro dieron por superadas las dudas sobre la sostenibilidad económica que también amenazaron la continuidad del festival en 2012. "En esta nueva etapa no hay deuda. Mi empresa asume las pérdidas, si las hay, y si hay beneficios devuelve el 85%" recordó Jesús Cimarro sobre la gestión actual, de la que se encarga su productora con un prespuesto de 2,4 millones este año.