La población de Mérida mantiene su tendencia al alza a pesar de que la llegada de inmigrantes, que durante el último lustro fue el motor principal del crecimiento del padrón municipal, confirma su estancamiento. Según la previsión no oficial que hace el Instituto Nacional de Estadística, el número de habitantes de la ciudad el pasado 1 de enero era de 56.241, 673 vecinos más que un año antes.

A falta de que el Gobierno central oficialice esta cifra, se puede decir que se mantendrá el ritmo de crecimiento de los últimos años, con un 1,22% más. La novedad en esta ocasión se encuentra en que la llegada de inmigrantes no es la fuente principal de este crecimiento, puesto que se confirma un parón en la tendencia alcista de los últimos años. Entre los años 2003 y 2008 la población de extranjeros creció en 2.000 personas. A finales del año pasado el número de inmigrantes en el padrón era de 2.771, después de que en los doce meses anteriores tan solo se hubieran inscrito cuarenta extranjeros. A día de hoy, seis meses después, hay registrados 2.802, es decir, 31 personas más.

Este comportamiento de los flujos migratorios es homogéneo en todo el país, que ha visto muy reducido el ritmo de entrada de nuevos extranjeros, como consecuencia del descenso de la mano de obra generada por la crisis. También se constatan cambios en cuanto al origen de la población extranjera en Mérida. Así, a pesar de que marroquíes y rumanos se mantienen como las comunidades más numerosas, en el último año y medio se ha producido un importante retroceso en ambas listas. Actualmente hay censados 486 marroquís, 149 menos que hace 18 meses (-23%); y 404 rumanos, 38 menos (-8,5%).