La Junta de Gobierno Local acordó ayer destinar 15.000 euros para cestas de Navidad con productos alimenticios que se distribuirán por parte de varias oenegés de la ciudad entre unas mil familias en situación de «extrema necesidad». La portavoz del Gobierno municipal, Carmen Yáñez, manifestó ayer que estos lotes contienen productos frescos y perecederos propios de las fiestas navideñas, por ello se conseguirá «completar lo que se les suele entregar desde el Banco de Alimentos».

La dotación económica para estas cestas procede de las subvenciones recibidas por el consistorio de La Caixa y Liberbank, de 20.000 y 40.000 euros, repectivamente, y que tienen como destino principal costear ayudas de primera necesidad. Sobre este asunto, la delegada puntualizó que todas estas ayudas cuentan con los preceptivos informes realizados por los servicios sociales de base y se otorgan en virtud a los informes elaborados por los trabajadores sociales. Yáñez aclaró que parte de esas subvenciones ya se han destinado a costear productos que no están contemplados en las ayudas de mínimos vitiales, ya que se destinan preferentemente al pago de facturas de luz, agua y gas. En concreto, el consistorio ha otorgado ayudas a través de estas dotaciones para el pago de mobiliario básico, alquileres de emergencias, medicamentos, ortopedia y otros tipos de necesidades de urgencia.

Las cestas de navidad serán entregadas a través de las diez Cáritas parroquiales de la ciudad, la conferencia San Vicente de Paúl, la asociación Mérida Solidaria, la oenegé Mensajeros de la Paz y el colectivo Campamento Dignidad. La delegada de Servicios Sociales, Catalina Alarcón, se reunió ayer con los representantes de los colectivos beneficiarios para tratar la distribución de las cestas.

Para el portavoz del Campamento, Paco González, estas ayudas económicas son insuficientes para atender toda la demanda. «Nos han dado poco dinero pero vamos a echar cuentas para poder llegar a toda la gente posible», sostiene González. Considera que en este caso sería más conveniente que las asociaciones que habitualmente cuentan con mayores subvenciones recibieran menos dinero. El colectivo atiende en la actualidad a unas 500 familias de la ciudad y va en aumento. «Teníamos casi 500 familias y ahora 150 más porque hay una necesidad importante y por más que hacemos no podemos atender a todas», subraya.