La planta de reciclaje se construirá en el vertedero municipal, ubicado en la carretera de Sevilla. Tendrá una capacidad para reciclar unas 150.000 toneladas al año y la empresa ganadora actuará como gestor autorizado para llevar a cabo esta actividad. La ordenanza aprobada obliga a llevar los vertidos a esta planta.

El material que se recicle se volverá a usar como zahorra para construcciones, base de carreteras y mezcla de hormigón.

El precio de la concesión dependerá del canon que recibirá el ayuntamiento y la cantidad que se cobrará a las empresas que lleven allí los materiales de derribo.