Si tenemos que marcharnos lo haremos, pero buscaremos otros pisos vacíos donde vivir, y por desgracia, hay muchos". Angélica Fernández es la voz de las 13 familias que habitan algunos bloques de la urbanización Los Alamos, en el barrio El Prado. Hace ya casi dos meses que los miembros del Campamento Dignidad decidieron ocupar los espacios vacíos a medio construir. El colectivo y algunos vecinos de la zona comenzaron entonces las tareas de limpieza y adecentamiento. Tras haber mantenido encuentros con la entidad financiera para intentar llegar a un acuerdo, las familias siguen a la espera de una decisión. El ayuntamiento, con el que también se han reunido, se exime de toda responsabilidad y ha abierto un expediente de disciplina urbanística a la promotora por "las condiciones insalubres y la falta de seguridad que afecta al inmueble".

El consistorio ha puesto en marcha medidas legales solicitando el cerramiento del inmueble y ha informado a otras instituciones, como la Junta de Extremadura, de la situación, según explicó ayer el alcalde, Pedro Acedo. En respuesta a dichas medidas, los miembros del campamento han propuesto dos alternativas a cambio de la cesión de los bloques, que comprenden cuatro pisos más ático, para todas aquellas familias que lo soliciten. La primera es encargarse de finalizar las obras por su cuenta, la segunda es pagar una cuota mensual al nivel de sus posibilidades. "Se trata de una expropiación de interés social", insiste uno de los portavoces del campamento, Manuel Cañada.

Además, otras personas que no pertenecen al Campamento Dignidad se han apropiado del resto de pisos, unos 225 de los 245. Estos nuevos inquilinos no participan en las tareas de limpieza y van de vez en cuando, pero sin embargo tienen marcadas con sus nombres las casas.