El centro de transeúntes de Mérida celebró el pasado fin de semana unas jornadas sobre el Día internacional de los sintecho .

En la capital autonómica hay 28 plazas y se encuentran personas que están días o perpetuos.

Se desarrollan programas para enfermos crónicos, principalmente alcohólicos. A estas personas con problemas de familia, sin posibilidad de trabajar.

La mayoría pasan de los cuarenta años, con un desarraigo familiar muy profundo y no encuentran la puerta que les dé alguna luz para poder salir de este pozo que les tiene prisioneros en una sociedad que no les brinda salidas para sus problemas.

Los atienden las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, Franciscanas, congregación que fundó Cristobal Fernández López de Valladolid, Padre Santa Catalina. Nació en la calle Baños, número 4 de Mérida.

Hay educadores y colaboradores que ayudan es estas tareas a las monjas.

La reinserción es difícil. Las subvenciones mínimas y las necesidades muchas.

El Día de los sintechos pedían el derecho a un trabajo reconocido.

Cáritas está pendiente de muchas de estas necesidades y se vuelca con ellos, como con otros colectivos.

Los educadores y colaboradores hacen talleres de muy distintas materias e intentan por todos los medios conseguir que la mayoría se inserte en un trabajo.

Las instituciones tienen mucho que aportar a estas personas de los centros que hay en España.

Es importante que sean reconocidos socialmente, sentirse útil, que haya leyes que regulen sus trabajos y al mismo tiempo los fomenten y que los trabajos que puedan desempeñar les permita vivir con dignidad.

Los centros de transeúntes necesitan el apoyo de todos, no una limosna que nos libere psicológicamente, algo más, y, orientarlos es tarea que se consigue con un esfuerzo común.