Celebramos un nuevo Día de Extremadura, una ocasión más para festejar el sentimiento de pertenencia a nuestra tierra y a sus raíces, de sentirnos orgullosos de ser extremeños.

Este año, sin embargo, no podemos olvidar el momento en el que estamos. La pandemia de la covid-19 ha golpeado terriblemente al mundo, a nuestro país, a nuestra tierra, a nuestra vida.

Vivimos una crisis sanitaria con graves consecuencias sociales y económicas. Una pandemia que nos ha recordado la necesidad del aporte de la ciencia para hacer frente a los desafíos, pero también de la responsabilidad y la prudencia que cada uno de nosotros hemos de tener como ciudadanos del mundo.

Jamás pensé que tendríamos que afrontar unas circunstancias tan duras y complicadas como las actuales. Unas circunstancias que nos han roto por dentro y han tambaleado los cimientos de esta sociedad, obligando a replantear nuestro modelo de vida.

Este maldito virus se ha llevado por delante muchos planes, proyectos y sueños pero, sobre todo, nos ha arrebatado a los que más queremos. Este año es especial debido a las ausencias. Echamos mucho de menos a todas esas personas que se nos han ido, dejando un hueco imposible de rellenar en su familia, en su calle, en su barrio, en su pueblo. Especialmente a nuestros paisanos, también a aquellos que han perecido lejos y de los que no hemos podido despedirnos como se merecen. Por ellos, hoy honramos su recuerdo y su memoria. Permanecerán para siempre en nuestros corazones y también en el de nuestra tierra.

El Día de Extremadura está, además, marcado por el reconocimiento a los ciudadanos que han luchado en primera línea contra la covid-19. Personal sanitario y sociosanitario en centros hospitalarios y residencias de mayores, trabajadores esenciales durante la pandemia, fuerzas y cuerpos de seguridad, bomberos, empleados de instituciones penitenciarias, los docentes de Extremadura y las organizaciones que surgieron con motivo de esta crisis como son la Red de Servicio Civil de Cáceres ante el Coronavirus (RedCor) y el Operativo Alpha.

Tampoco nos olvidamos de los niños que han demostrado un comportamiento ejemplar en estos meses. Una situación que ni sus padres, ni sus abuelos, habíamos vivido antes y que han afrontado con una gran entereza, fortaleza y respeto.

También los ayuntamientos extremeños, ejemplo de la proximidad más representativa y participativa. Su respuesta durante esta crisis ha sido y está siendo encomiable como administración más cercana al ciudadano para proteger y mejorar la vida de todos los vecinos.

Un día como el de hoy, no nos olvidamos de todas aquellas personas que en los últimos días han sufrido y luchado contra el fuego en el norte de Extremadura. Para ellos, vaya nuestro reconocimiento lleno de gratitud.

A lo largo de mi vida política he vivido muchas crisis y momentos de dificultad, pero nada es comparable a esto. Me preocupa mi país y me preocupa mi región y por eso voy a dejarme la piel en reconstruir esta tierra y avanzar hacia el futuro que nos merecemos todos. En un momento de enorme trascendencia política, en el que hay quien sostiene que esta crisis traerá un nuevo orden mundial, tenemos la obligación personal, moral y ética de poner en común lo que nos une y no lo que nos separa. Hagámoslo por los extremeños.

El crecimiento de Extremadura requiere, sin embargo, dejar de lado el pesimismo y hacernos fuertes ante esta situación de dificultad. Hemos de seguir trabajando por la llegada de grandes proyectos empresariales, proyectos que sean generadores de empleo y que, al mismo tiempo, sirvan para atraer a otras empresas y posibiliten el desarrollo de nuevos sectores. Para ello continuaremos poniendo en valor ante los inversores las potencialidades que ofrece Extremadura como lugar estratégico en el nuevo contexto económico.

Extremadura cuenta con estabilidad política y concertación social y dispone en abundancia de recursos como el agua y el sol, esenciales para transitar hacia una nueva política energética.

Desde el Ejecutivo regional estamos comprometidos con el progreso y trabajamos para mejorar la vida de los ciudadanos, armonizando nuestro desarrollo con el respeto por la sostenibilidad del planeta. En un mundo altamente globalizado y tecnológico, en el que parece imposible compatibilizar el crecimiento económico y la conservación del medio ambiente, apostamos por lo cercano, lo tradicional y el contacto con la naturaleza.

Para lograrlo, debemos ser exigentes y responsables porque esta crisis no tiene culpables. Esto es una emergencia global. Necesitamos unidad de acción y diálogo político y social. La unidad y la solidaridad en estos tiempos nos han demostrado la gran sociedad que formamos. Nuestra región requiere que entre todos construyamos un horizonte de esperanza. Y juntos vamos a hacerlo. Sencillamente gracias. Gracias de corazón a todos por vuestra valentía, esfuerzo, compromiso y fraternidad a lo largo de estos duros y difíciles meses.

Feliz Día de Extremadura.

Guillermo Fernández Vara

Presidente de la Junta de Extremadura