- Cuando tenía solo 10 años ya daba sus primeros pasos en los ruedos. A los 25 es la única novillera con picadores en Extremadura y se ha hecho respetar en la plaza. ¿De dónde le viene la afición taurina?

- Mi abuelo era el único de la familia muy aficionado a los toros, pero solamente como espectador. El toreo es algo que yo llevo dentro. A mí siempre me ha gustado el riesgo, es que me atrae, por eso empecé. Por el mismo motivo que también practicaba judo.

- Con 15 años tuvo un grave accidente que incluso la dejó en coma...

- Fue la coz de un caballo que me dio en la cara. Sufrí un traumatismo craneoencefálico, con rotura de pómulo y mandíbula en 33 trozos y un coágulo en el cerebro. Tuve que retirarme un tiempo de los ruedos. Fue un accidente bastante duro.

- Pero volvió con más fuerza y tiene claro que quiere ganarse la vida toreando. Que es su pasión.

- Muy claro. Soy perfectamente consciente de que en la plaza me puedo enfrentar a la muerte, y es algo que asumo profundamente. Es que me gusta ese riesgo.

- Tiene que pelear en un mundo de hombres muy cerrado. ¿Qué supone?

- Otro de los motivos por el que quería dedicarme a los toros era precisamente por las poquísimas mujeres que hay, quería romper con eso. En cuanto a moverme en círculos de hombres, como siempre me ha gustado mucho el campo, estaba más que acostumbrada a ese ambiente cerrado.

- Supongo que será muy cuestionada...

- Claro, siempre tengo que demostrar mucho más. Cuando estoy en el ruedo a veces escucho comentarios machistas de aquellos que no entienden que a una mujer el toreo le apasione y se quiera dedicar a este mundo. Y que, por supuesto, tenga la misma valía que un hombre. Porque tengo el mismo coraje y la misma fuerza.

- ¿Esos comentarios machistas que oye entre el público la distraen?

- Aprendes a ignorarlos. La verdad es que, en el fondo, no me afectan.

- Cuando se tiene un mal día, ¿las críticas son más duras hacia las mujeres?

- Siempre pasa lo mismo. Si es un hombre, se justifica, si soy yo, es que me falta técnica o cualquier otra cosa que suponga cuestionarme.

- Esos muros que se crean y ese prejuicio de base cambian y desaparecen cuando la ven torear, ¿no?

- Efectivamente es así, una vez que me ven ya se caen las barreras y me miran de otra manera. Y noto que tengo mi sitio, pero de todas formas es un mundo muy machista y hay muchos obstáculos todavía por delante que tenemos que derribar.

- ¿Algún ejemplo concreto que haya vivido en Extremadura?

- Hay varias ferias taurinas a las que no puedo ir porque no me llaman, no me quieren por el simple hecho de que soy mujer. No voy a decir nombres, pero es un veto injusto.