Se acaba agosto sin remedio antes de que se apague su luna brillante, breve y sin embargo eterna. Nosotros apuramos los días felices de familia y reposo mientras nos preguntamos cómo es posible que los minutos en este mes midan la quinta parte de los del ingrato noviembre que aguarda sombrío y laborioso, entre el templado octubre todavía amable y ese diciembre que evoca amor aún en los desamorados.
Libre todavía de celo, de odio y de recelo, aunque no de amor ni de esperanza, vivo cada penúltimo instante de esta vida retirada, mientras evito lecturas fatales acerca de los desmoronados muros de la patria mía. Así que junto a informaciones enojosas aunque saludables en contra del alcohol ingerido en cualquier circunstancia que siempre resultará nocivo para nuestro organismo, mi paseo diario y despreocupado por la prensa me procura informaciones nada desdeñables.
Pues sepa, amigo lector, si es usted más aficionado a la alegre y espumosa caña que creyente en que si el vino viene, viene la vida, que las maravillas de la fusión cervecera son tales que deparan sorpresas con apariencia de chistes. Pues podrá usted encontrar en el mercado nacional e internacional, variedades como la cerveza de percebes, inundada por un aroma marino y sabores salinos o con sabor a aguacate, cilantro, chile seco y ajo, así como la que evoca chocolate y curaçao, la cañita que sabe a donut con relleno de mango glaseado de vainilla y polvo de naranja, la que incorpora agua de la costa y madera de abeto, otra elaborada a partir de levadura extraída de la silla de madera de Roalh Dahl, la cervecita de arándanos y pasteles dulces de hojaldre, una más nacional con cayena molida y pimiento de Herbón, otra con sabor a galleta Oreo, una que incluye agua de mar, y otra con toques de cacao favorita de las clases bajas de Inglaterra.
Renuncio a este festival de sabores, resignada a mi cañita vespertina sin alcohol mientras se me escurre entre los dedos este verano feliz y antes de retornar al martilleo diario, cansino y rencoroso de las guerras de nuestros antepasados.
* Profesora
