TLtos eclesiásticos y las gentes de orden piden una asignatura alternativa a la de Religión. Y es que los alumnos son tan ladinos que si han de elegir entre acudir a clase de Religión o irse al recreo optarán por el recreo. Y eso es muy malo. Porque en la clase de Religión se aprenden y se adquieren valores según dicen. Digo según dicen porque durante los siete años que duró mi bachillerato con escolarización obligatoria en Religión el único valor que nos enseñó don Casimiro fue que éramos unos majaderos. Ahora es otra cosa según parece. En cambio ¿qué se aprende en el recreo? Pues a achucharse, besuquear, lamer y sobar, comerse bocatas de tortilla, fumar. O sea, lujuria materialismo y malos hábitos.

Pero exigir una alternativa no soluciona la cuestión porque el gobierno socialista es muy artero y es capaz de programar una asignatura interesante para el alumnado. Hasta puede sacarse de la manga un profesor a quien escuchen los alumnos dada su capacidad motivadora y su sabiduría. Y por supuesto le obligará a repartir sobresalientes. ¿No sería mucho peor? Por lo tanto es imprescindible buscar una alternativa que no tenga ningún interés para el alumnado, que exija mayor esfuerzo, que esté peor enseñada, y que encima suspenda mucho. De esa manera los padres elegirían la educación religiosa para sus hijos y estos acudirían a clase con alegría en busca de valores. Porque ya se sabe que en la única clase que se enseñan valores es en la de Religión, católica conste, y los únicos profesores que conocen los valores y los enseñan son los eclesiásticos. Pues enseñar simplemente a ser ciudadanos es sectario según asegura el Espíritu Santo por boca de algún obispo.

*Profesor