"A mí lo que me gusta, por encima de todo, es el fútbol" . Es tópico, pero es real, y quien así lo proclama es Angel Marcos Sánchez (Serradilla, Cáceres, 22-3-56). El entrenador acaba de conseguir un nuevo éxito en su carrera, esta vez como técnico del Díter Zafra, club con el que suma su tercer ascenso como preparador, tras los dos anteriores con el Cacereño. Extremadura respeta y alaba su trayectoria, pese a que sea en Cáceres, precisamente, donde en su día más se le ha discutido, e incluso prescindido de él con peregrinos argumentos. Ahora, su innegable acierto no tiene discusión posible y los comentarios pro-Marcos son unánimes.

Marcos , que en su día fue un notable jugador, nunca falla en un banquillo. Con poco o mucho dinero, los equipos que él prepara tienen un sello personalísimo de seriedad. Sus jugadores suelen ser sus amigos. ¿Quién si no motivaría a los futbolistas para el ascenso después de más de cuatro meses sin cobrar? Y los objetivos los suele cumplir. Ahora, tras el resonante éxito, al lado de su no menos fiel amigo Martínez Doblas , trata de dibujar un proyecto futbolístico para Cáceres. Pero para ello tiene que producirse una venta que, pese a que Félix Campo siga desmintiéndola, es posible... y necesaria. Con Marcos habría futuro.

JOSE MARIA ORTIZ