Es bastante habitual ver como las generaciones actuales viven con un exceso de actividades, ya sea por estudios, trabajo u otros quehaceres de la vida cotidiana, lo que hace que dispongan de menos tiempo para estar con la familia. Hay personas que no han tenido la oportunidad de conocer a sus abuelos, pero hay otros que tienen la suerte de poder pasar pequeños ratos con ellos y de enriquecerse de la sabiduría y del amor que les ofrecen. Gran parte de mi familia vive en Venezuela, entre ellos mis abuelos. Los veo muy de vez en cuando, pero cuando esto es posible intento pasar la mayor parte del tiempo con ellos. Cocinamos juntos, reparamos cosas, me explican alguna aventura de su juventud y compartimos reflexiones. Estos son los momentos en los que realmente me doy cuenta de que los abuelos son un pilar fundamental en la vida de todas las personas y que el beneficio es mutuo: el afecto hacia un nieto es de lo más puro y bonito que existe, pero los abuelos también se nutren emocionalmente cuando les retornamos este amor incondicional. Debemos aprovechar al máximo todo el tiempo que les podamos dedicar a nuestros abuelos porque algún día querremos revivir todas estas experiencias y quizá será demasiado tarde.

INMIGRACIÓN

Cambio de criterio de Europa

Adrián Huertas

Periodista

El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos ha avalado las devoluciones en caliente que se aplicaron en la valla de Melilla en el 2014. Después de condenar a España en el 2017 por retornar a dos jóvenes que intentaron saltar la frontera, la Europa de los valores ha cambiado de criterio y ha visto justificada tal actuación. El tribunal argumenta que España «podía rechazar la entrada en su territorio de extranjeros, incluso potenciales demandantes de asilo que, sin un motivo claro, hayan intentado cruzar la frontera por otro lado, especialmente si se aprovechaban de ser muchos y de utilizar la fuerza». En otras palabras, el tribunal les está diciendo a los extranjeros que podían entrar, pero con orden y, que de no ser así, las fuerzas policiales tienen derecho a devolverlos aun cuando han pisado suelo europeo, ellos sí utilizando la fuerza que sea necesaria. Esta sentencia es el enésimo motivo de sonrojo de la actuación europea en la crisis migratoria. Es de un cinismo estratosférico pedir orden a una persona que ha cruzado un continente huyendo de la miseria, la persecución ideológica o incluso la muerte. La hipocresía de la solidaridad sin fronteras fundacional de la Europa moderna reluce. La Unión es solo un acuerdo económico entre estados. No defiende los derechos humanos de las personas que pisan suelo europeo. Europa se desintegra y ya se oyen sus gritos.

AGRICULTURA

Nadie se hace rico

Julián Arroyo

Catedrático de Filosofía

Nadie se ha hecho rico en el campo. Hasta mediados del siglo XX, los agricultores subsistían con sus productos para el consumo familiar. Después, la gente buscó las grandes ciudades en un traslado general. Desde el ingreso en la UE, en 1986, la agricultura tradicional en España se modernizó para ser eficiente y competitiva. Se ha avanzado en técnicas y maquinaria para competir. Otra vez, los agricultores se han llenado de ira, porque poco puede hacer nuestro país ahora que está dentro de la UE, que decide en último término. Por tanto, hay que descartar soluciones individuales. Al productor no se le pagará menos de lo que le cuesta producir el artículo. La UE no subvencionará a dueños de latifundios, teniéndolos improductivos. Las patronales de grandes distribuciones no pueden estar concentradas en unos pocos mayoristas. El porcentaje de ventas de los mercados no puede ser ocho veces más de lo que vale un producto. No a la competencia entre productores no comunitarios. Explotaciones pequeñas tendrían que concentrarse o desaparecer por inviables. Los propios consumidores tenemos parte alícuota de responsabilidad. Nos quejamos de las subidas del pescado, pero adquirimos el producto, sin cambiar la dieta. Los olivares de Miguel Hernández son fruto del trabajo y el sudor, y no del explotador y terrateniente. Si hay empresas con un margen de más del 20% y del 50% esto es intolerable.