WLwa esperada comparecencia del presidente del Gobierno para anunciar la apertura del diálogo con ETA se limitó finalmente a una declaración institucional ante los medios de comunicación, en una sala del Congreso, pero no en el hemiciclo, para no escenificar consolemnidad la persistencia del desacuerdo con el Partido Popular. Porque, en efecto, la negativa del PP a apoyar el inicio del diálogo es la mancha que tiñe de gris la esperanzadora iniciativa. Rodríguez Zapatero cumplióen su declaración todas las condiciones necesarias desde una perspectiva democrática y de defensa del Estado de derecho: proclamó que no habrá precio político, fijó como

"principio irrenunciable" que las cuestiones políticas sólo se discutirán con los legítimos representantes de los ciudadanos, aseguró que se mantendrán las reglas del juego --entre ellas la ley de partidos-- y señaló que el Gobierno "respetará las decisiones que los vascos adopten libremente", siempre que se acaten la legalidad y los métodos democráticos, y se respeten los derechos y las libertades en ausencia de todo tipo de violencia. Prometió también el "máximo respeto" a las víctimas del terrorismo.

EL ´NO´ DEL PP . Sólo 10 minutos después, Mariano Rajoy reiteró que su partido no apoya el proceso "porque no se cumplen" las condiciones. Una de las que no se cumple es, según Rajoy, la de descartar la negociación política, que el Gobierno acababa de rechazar. ¿Diálogo de sordos? No. La clave está en una pirueta que el PP ha encontrado para que el acuerdo con el Gobierno sea imposible. Rajoy dijo que "Batasuna es ETA" y si se habla con Batasuna de política "se está hablando de política con ETA". Dijo más: si Batasuna es legalizada antes de que ETA se disuelva, habría dos etas: una que se encargaría de la negociación política y otra que garantizaría que saliera bien. Con esta argumentación, que excluye la legalización de Batasuna aunque renuncie a apoyar la violencia, y que desprecia la representación política y social que expresa Batasuna, el acuerdo con el PSOE y con el resto de los partidos democráticos es ilusorio.

PRUDENCIA Y DISCRECION . Zapatero volvió a repetir que el camino será "largo, duro y difícil", pero prácticamente por primera vez apeló a la "discreción". Reconforta esa petición porque quizás uno de los fallos de este proceso es que a veces se ha desarrollado sin la debida discreción, tan necesaria como la "prudencia" a la que se comprometió también el presidente del Gobierno. Ayer se abrió un camino, pero, parafraseando a Ghandi, podríamos decir que "no hay caminos para la paz, la paz es el camino".