A finales de enero nos informaron que Extremadura había sido la subcampeona en el ranking de desempleados 2012, con una tasa del 34,06%. Lo certificaba la encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2012 publicada por el Instituto Nacional de Estadística, que registró 173.600 parados en Extremadura (32.400 desempleados más que al cierre de 2011, y aumento interanual de un 22,92%).

Un mes después, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro , comunica que Extremadura fue la campeona en el ranking de recortes 2012: lo constata el informe de dicho ministerio sobre déficit Comunidades Autónomas 2012. Extremadura ocupa el primer lugar con 0,69% sobre el Producto Interior Bruto regional, que es bastante inferior al 1,5 por ciento de déficit máximo autorizado.

El presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago , calificó de "heroico", descomunal el esfuerzo realizado por la comunidad para convertirse en la región con menor cifra de déficit del país; que es 165 millones menor a lo permitido. (Dicha cuantía habría dado para atender a casi las tres cuartas partes de los desempleados extremeños incrementados en 2012, a razón de los 600 euros mensuales que reclama la Plataforma por la Renta Básica en Extremadura).

Pero Monago coincide con los mandatarios europeos que computan como déficit las inversiones en empleo o servicios fundamentales, pero no las ayudas a la banca. Por eso dice que no va a cambiar su política, que "no cabe futuro a lomos del déficit". Pero los Campamentos por la Dignidad de las tierras de Extremadura participan activamente en esa liga contra el paro y la austeridad y por la regeneración. Su insurrección pacífica para combatir el desprecio de los más débiles y la competición de todos contra todos acabará enmudeciendo a los campeones en desigualdad. Su voz antigua de la tierra está en la calle dando la batalla y, con ellos, la canción. Cuya letra va arraigando poco a poco en perjuicio de los actuales campeones en recortes y subcampeones en paro.