THtay una queja generalizada entre los enseñantes: a los chicos cada día resulta más difícil hacerlos estudiar e incluso mantener en las aulas una mínima disciplina. Cierto que con los tiempos cambian los comportamientos colectivos. Y estos tiempos son de groserías en debates televisivos; holgazanería en concursos; ejemplos mezquinos en políticos, empresarios y otros líderes ; exaltación de lo ruin.

Pero el derrotismo docente ha sido una constante. Miguel de Unamuno escribía en 1908 sus Recuerdos de niñez y mocedad ; libro delicioso que recomiendo: "Aún me parece oír --escribe-- al excelente don Manuel , el físico, gritarnos: ¡Esto da grima! ¿me están ustedes matando? ¿Ustedes quieren que el catedrático muera? Y nosotros a coro: ¡Sí, sí! . Más adelante relata: Si el experimento era de óptica se cerraban las ventanas, y ¡allí era Troya! Los gritos, las patadas, hacían que don Manuel, indignado, renunciara al experimento . Para concluir: ¡Me están ustedes matando! , cuando estábamos dándole la vida".

Don Miguel dio en la clave. Siempre han sido así los jóvenes: espontáneos, alegres, un poco gamberros ... Refrescantes en el fondo para el profesor. Renovación de vida aunque parezca que la quitan.

*Historiador y concejal socialista en el Ayuntamiento de Badajoz