LA MINA DE URANIO

Carta a Guillermo Fernández Vara

Araceli Palacios Alfonso // Zahínos (Badajoz)

Le escribo esta carta porque ya han pasado las elecciones y todavía no tenemos noticias sobre los recursos de alzada que hemos presentado para la revocación del permiso de investigación de la indeseada mina de uranio. Y tiene que estar usted contento porque la mayoría de los zahineros y otros seres limítrofes son socialistas. Pero tenga usted en cuenta que mientras con una mano sujetamos la rosa, con la otra enarbolamos la pancarta. Y, créame, estamos deseando dejar de darle a usted la vara (nunca mejor dicho). Colgar las camisetas y descolgar las pancartas. Que parece el pueblo un tendedero con tanto trapo colgando. Eso sí; a cambio queremos una respuesta fiable, firmada y sellada.

El día 30, por enésima vez, allá que nos manifestamos todos los pueblos de la comarca en Villanueva del Fresno. Y con nuestros vecinos portugueses, que también están muy indignados. Ojo que esto ya puede desembocar en un conflicto internacional. Como usted no solucione el tema, capaces son los lusitanos de no dejarle pasar ni a comer bacalao, y eso, aunque parezca un mal menor, duele mucho.

De modo que, ahora que está usted más tranquilo sin el sin vivir electoral, quítenos esta garrapata de la mina de encima, y de paso se espanta también usted a los pesaos que le vamos a seguir y perseguir por toda la geografía extremeña. Haga usted un poder, hombre. Y déjenos sobrevivir aquí con nuestro campito y nuestra vida sencilla, y si viene alguna empresa que pueda darnos trabajo transformando la no radiactiva materia prima que también tenemos, mándenosla, verá usted como no protestamos aunque nos ponga alguna chimenea. Ya sabe usted que, en Zahínos, estamos hechos al humo, lo que no queremos es que nos lo vendan. No lo haga usted, señor presidente. Y no nos eche tan en el pozo del olvido, señor Vara, que en esta tesitura, hasta ganas entran de mudar las lindes de la Cabra a Portugal.

Atentamente, desde lo más hondo de la Extremadura profunda.

EL DÍA 29 DE MAYO

Erradicar la pederastia clerical

José María Grandas // Madrid

El 29 de mayo era el día anunciado para que la Conferencia Episcopal se reuniera y procurara erradicar la pederastia clerical. El presidente de la Conferencia alemana acaba de decirlo muy claro: hay que ir a la raíz principal del problema, eliminando la obligación del celibato eclesiástico, que nunca ha existido en la Iglesia católica ortodoxa. Aparte de lamentables consideraciones económicas, esa obligación fue impuesta en una época en que imperaba una espiritualidad maniquea, despreciadora del sexo. Vigilemos para que cumpla mejor este y otros mandatos evangélicos, como ayudar a los pobres, migrantes y perseguidos por la justicia, más que, como se hace aquí ahora, insistir en otros temas que ni siquiera son citados en el Evangelio.