ECONOMIA

La crisis y el hambre

Pepe Extremadura

Cáceres

La gente debe saber que este año en el que sobrevivimos, finalizará, según todas las previsiones, con 1.000 millones de personas en grave riesgo de desnutrición. Ahora que se acaba de celebrar el Día Internacional de la Alimentación en plena escalada del precio de los alimentos básicos y con la amenaza ya real del cambio climático, sobre todo en los países del cuerno africano, los datos económicos son demoledores: con 700.000 millones de dólares destinados por la administración Bush a rescatar a los bancos se podría terminar con el hambre en el mundo durante nada menos que dos años.

No se debe caer en la demagogia pero es una reflexión dramática y triste, que en pocas horas se movilice tanto dinero para rescatar bancos que han tenido malos gestores, cuando por mucho menos se podía hacer muchísimo para eliminar el hambre. Pero el problema del hambre no es solo una cuestión de dinero, ya que además exige la creación de una serie de infraestructuras y la toma de unas decisiones políticas que van más allá de los recursos económicos. En cambio la crisis financiera sí es un problema de dinero básicamente y la solución consiste en inyectar liquidez para retirar los productos basura y limpiar el sistema, después del cual debe seguir funcionando. Sin embargo no deja de ser sorprendente que Europa ponga un billón y medio para salvar a los bancos y no sea capaz de poner encima de la mesa 22.000 millones para acabar con el hambre y mientras todo esto ocurre, los directivos del sistema financiero celebran con champán Don Perigñon sus despidos y los pobres de solemnidad no tienen ni ¡agua!

CAMBIOS DE TRAFICO

Sensatez retardada

Ignacio Caballero Botica

Correo electrónico

Fue este verano cuando viajando por un pueblecito de Asturias llamado El Pito, nos paró una pareja de la Guardia Civil y nos pidieron la documentación del coche; con tal mala suerte que cuando el agente en cuestión nos pidió el recibo del seguro del coche... me entraron los sudores. Me preguntaba si nos pararon por ir a veinte kilómetros por hora dentro de una rotonda.

Le expliqué que el seguro estaba pagado y que, con esto de la correspondencia por internet que tanto promueve la banca y que salva al planeta de malgastar papel, no lo tenía físicamente, sino virtualmente. No era una excusa, le dije, era una explicación.

Con cara de pocos amigos se fue a la parte de atrás del coche mientras hablaba con "la central" para comprobar si estaba abonado el seguro. A los pocos minutos volvió diciendo que no le habían confirmado que estuviera pagado. Impresionante. ¿A dónde habría llamado?. Y sobre todo, ¿tiene (o tenía entonces) la Guardia Civil los medios necesarios para averiguar ese dato in situ con una llamada de teléfono?. A juzgar por la multa de sesenta euros por ser un maleante que van sin el recibo del seguro del coche, la respuesta a suponer es No.

Ahora, viendo cómo se despenalizan éste y otros, hasta hace cuatro días, imperdonables despistes, me pregunto si mis sesenta euros como sanción en realidad eran el reflejo de una administración que va a pedales y que, en pleno año 2008, no es capaz de comprobar si un coche tiene el seguro al corriente de pago. Un ejemplo más de que las leyes y sus responsables vuelven a demostrar una sensatez retardada.

SANIDAD

La consulta gafada

José L. Sánchez Sáez

Cáceres

Con fecha 14 de mayo de 2008, mi esposa tiene consulta en el Servicio de Neurología del hospital San Pedro de Alcántara, citándola de nuevo para el 26 de junio. Veinte días antes de la cita se suspende la consulta de junio hasta nuevo aviso.

La nueva cita, que será a mediados de julio coincide con otra fuera de Cáceres y ésta pasa a primeros de octubre.

A mediados de septiembre, se anula de nuevo por parte del SES la cita de primeros de octubre pasando a finales de octubre.

La semana pasada anularon la cita de finales de octubre hasta nuevo aviso. ¿No les parece un lío? ¿Cómo pueden citarte para consulta en tres ocasiones y anularlas una tras otra? ¿Necesitan médicos? ¿La solución pasa por ir a una consulta privada a gastarnos el dinero que ya le damos a la Seguridad Social?

Todas estas preguntas están sin respuestas y me tocará la lotería si logro una cita en el Servicio de Neurología de Cáceres.