Y seguimoscon la guerra

He hecho bien en no retirar la pancarta del no a la guerra de mi balcón, porque, efectivamente, la guerra no ha acabado, y cada día se salda con varios muertos en las calles de Irak. Parece que la ONU va a ser la que trate de reparar la barbaridad que llevó a cabo un tirano, amparándose en el peligro que suponía ese país y las armas de destrucción que aún no han aparecido. No sé que le hace falta a este país para despertar de este letargo en el que parece estar sumido, para pedir responsabilidades a quienes verdaderamente las tienen y a levantarse para impedir que 1.300 soldados nuestros vayan a jugarse el tipo a ese sitio, donde según Aznar y Trillo llaman terrorismo a lo que son guerras de guerrillas, cada día más fuertes y organizadas. ¿Con qué argumentos nos van a sorprender Trillo y Aznar caso de suceder cualquier desgracia con alguno de nuestros soldados? ¿Cómo van a justificarlo ante sus familias? ¿Lo harán igual que con el accidente de los militares, que estuvieron llenas de contradicciones y al día de hoy no se sabe la verdad?

Señor Trillo, no se aferre al sillón, porque a un político se le puede perdonar que se equivoque, pero no que se oculte la verdad o que se engañe vilmente.

ANTONIA MARQUEZ ANGUITA. Badajoz

Anunciostelevisivos

Por supuesto, que en el medio televisivo hay de todo. Desde anuncios ramplones, horteras, chabacanos y sexistas, carentes de la mínima imaginación, hasta reclamos publicitarios que son pequeñas obras maestras. El poder y saber presentar ante la audiencia un mensaje atrayente, original y convincente, es trabajo de verdaderos profesionales, dignos de todo elogio y consideración.

El recurrir al sexo explícito o al cuerpo femenino para colocar un producto a los telespectadores, es un pobre reclamo, que denota vulgaridad y poca inteligencia. El buen gusto, la creatividad y el humor son siempre valores apreciados por la audiencia.

Se está comentando muy favorablemente el anuncio de promoción del club Atlético de Madrid con el spot de los dos soldados en bandos bélicos contrarios, que se reconocen amigos recordando al club de sus mutuas simpatías. Reúne todos los ingredientes de una inteligente publicidad.

Sería hora de crear un premio para los mejores spots, bien dotados económicamente, para estimular a los profesionales del ramo y educar el gusto del espectador.

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN

Lisístrata:ni sacrílega ni obscena

Como emeritense, aficionada al teatro e informadora que lleva años cubriendo el Festival de Teatro Clásico, no salgo de mi asombro en relación con todo el revuelo que se ha levantado con el estreno en Mérida del último espectáculo del compositor y director valenciano Carles Santos, Lisístrata .

Mi reflexión es doble, y quiere hacer referencia a dos palabras que ya me están empezando a zumbar en la cabeza cada vez que oigo o leo algo sobre esta versión de Lisístrata . Esas palabras son sacrilegio y obscenidad .

El primer término hacía tiempo que no lo escuchaba, y como tiene que ver con el mundo de la religión, no sé muy bien qué pinta en todo esto, la comedia de Aristófanes, me refiero, que es paganismo puro, a no ser, como se encargó de recordarme un amigo valenciano, "el surrealismo y las fantasías oníricas de este director son muy mediterráneas y no sé cómo caerán en tierras de secano, allí no llega el mar". Para algunos, está claro, no han caído demasiado bien. Pero hay que decir que somos muchos también los que hemos disfrutado con las ocurrencias de este curioso personaje que es Carles Santos.

La otra palabra es obscenidad . Se esgrime este término en general sobre la obra, pero más en particular acerca de una escena que se representa en la orchestra y en la que dos personajes, un hombre y una mujer, se entregan a los placeres del sexo. Quién conozca la historia del teatro antiguo, sabrá que todas estas gracias eran habituales en las comedias de época griega y romana. Nadie se escandalizaba hace dos mil años y, ¿nos vamos a llevar las manos a la cabeza ahora, en pleno siglo XXI?

Sacrilegio, obscenidad , son vocablos que recuerdan La Inquisición, Torquemada, la España profunda, la sobriedad de la estepa castellana. A todos los que emplean todavía estas palabras, yo les propondría sustituirlas por otras más hermosas como creatividad, erotismo, libertad, poesía . Es un ejercicio sano para el espíritu y también para el cuerpo.

PILAR FERNANDEZ. Mérida