CONSUMO

Químicos peligrosos

Raúl Cano

Estudiante

En el siglo XXI estamos totalmente protegidos de manera higiénica contra virus, bacterias, enfermedades infecciosas... Te dan una pastilla y se acabó el problema. Pero ¿qué hay de la comida que ingerimos? Unos investigadores nos hablaron del aceite de palma, formado mayoritariamente por grasas saturadas que suben el colesterol a unos niveles inimaginables. Algunas rosquillas y galletas de las más vendidas se elaboran con este aceite, más barato que el de oliva. Además, este tipo de aceite aumenta la posibilidad de desarrollar un cáncer y, en caso de tenerlo, de provocar metástasis. Hoy en día, los químicos que ingerimos son más peligrosos que las enfermedades y encima son legales. La grandes empresas prefieren intoxicarnos a perder dinero. Esto ya no pasa solamente con los alimentos sino con cualquier otro producto, pero con el mismo objetivo de obligarnos a consumir. Estoy seguro de que han oído hablar de la obsolescencia programada, la base del consumismo y, por tanto, de nuestra sociedad. Recomiendo ver el documental Comprar, tirar, comprar, de Cosima Dannoritzer, en el que se explica rigurosamente por qué programar un producto para que se estropee beneficia al mercado.

TELEVISIÓN

Adictos a las series

Benito Bueno

Don Benito

Juego de tronos, Los Soprano, Sexo en Nueva York, The young pop... No estoy enganchado a estas series que tienen a medio mundo emocionado, pero es interesante que amigos de diferentes orígenes y niveles socioculturales tienen en común esa misma atracción. Estas series son cada vez más variadas, sorprendentes e inteligentes y, aún así, hay un elemento igualmente importante: la dopamina. Neurocientíficos han descubierto que las adicciones surgen cuando el cerebro se adapta a niveles altos de dopamina, así podemos entender que para muchos serieadictos sea imposible dejar de ver una temporada entera su serie preferida.