Hasta ahora eran los políticos los únicos que se sometían a mociones de censura o de confianza. Pero por lo que se ve la moda se va extendiendo. En el Ayuntamiento de Don Benito los sindicatos de la oposición han presentado una moción de censura contra la presidenta de la junta de personal del consistorio. Y además la moción se ha presentado con candidato alternativo, que ha salido elegido con el apoyo de todas las centrales sindicales excepto la que avala a la ya expresidenta. Ahora vienen las acusaciones entre unos y otros y hasta se habla de intereses espúreos y persecución. Vamos, como en cualquier parlamento al uso.

Las declaraciones que también parecen censurables son las de los concejales del PP cacereño Leirachá y Rodríguez Cancho contra el portavoz del IU en el ayuntamiento, Casco . Este último habla hasta de haber vuelto la Inquisición por expresar sus opiniones sobre las opciones de Cáceres a la capitalidad cultural europea del 2016. Acusar a Casco de "desleal" e "irresponsable" no parece lo más adecuado hacia un representante del pueblo que intuimos que lo que intenta es que se hagan bien las cosas ahora para que luego nadie se lleve un sofocón .