He oído algún comentario sobre que la autovía Trujillo-Frontera de Puerto Roque, debe estar terminada en 2015 y no me causó alegría, existe también la certeza de parcheo total de la N-521. El Boletín Oficial del Estado del 19/12/2006, publicó la licitación de contrato para la redacción del estudio de la prolongación de la autovía A-58 hasta la frontera portuguesa por Valencia de Alcántara. Puedo llegar a suponer que tal estudio se haya permutado por la EX-A1 Plasencia-Monfortinho, cumpliéndose así la tradición de escaso progreso en nuestro rincón.

Que la N-521, desde Cáceres hasta la frontera portuguesa, necesita una alternativa fiable surge cada dos por tres, Malpartida hace años que se queja de su peligrosidad, Aliseda contó en su presupuesto con partida para la instalación de semáforos que dieran seguridad en el acceso al cementerio, el cruce de Arroyo de la Luz, recientemente ha sido calificado como punto negro vial, en breve tendrá señalización y vigilancia.

La N-521 divide el casco urbano de Valencia de Alcántara, lo cual supone peligrosidad. No se olvida la colisión de tres autobuses en su recorrido urbano con más de treinta heridos, en Las Huertas de Cansa; un bloque de 28.000 kilos se salió de un camión a escasos metros de unos vecinos. ¿No soportan demasiada carga los mantos protectores de nuestros santos patronos? ¿Van a llegar siempre a tiempo para que algo gordo no ocurra?, dejar este importante tema en manos de la protección divina, parece actualmente una temeridad.

Va siendo hora de que nos saquen del error e ilusión de creer en la autovía Cáceres-Puerto Roque, los hechos lo dicen así, la autoridad local vuelca su esfuerzo en una segunda vía de acceso por el puente de piedra, desdeñando la primera vía de acceso, la peligrosidad del recorrido urbano de la N-521. Me resisto a creer que aún sigue el poder de esa sombra negra, decidiendo el destino aciago de siempre que parece tener Valencia de Alcántara, su campiña y entorno.

Juan Hernández **

Valencia de Alcántara